jueves, 18 de enero de 2018

¿Y SI GANARA CIUDADANOS AL PP?


Tuve ocasión de escuchar a Albert Rivera hace varios años, cuando aún su actividad política se limitaba a Cataluña. Resultaba interesante su forma ágil de comunicación y su discurso mezcla de socialdemocracia light y liberalismo moderado. Tiempo después escuché a Inés Arrimadas, como joven promesa de Ciutadans y la impresión fue todavía de mayor sorpresa.

Cuando su proyección se fue ampliando por el conjunto de España, hubo muchas voces en la izquierda que les calificaron como la marca blanca del PP y como la alternativa de las clases dominantes al previsible desgaste de Rajoy y su gobierno. Incluso hay quienes hoy dicen que Ciudadanos son más peligrosos que la derecha tradicional encarnada por el PP, ya que mostraban una imagen amable y renovada, que podía generar más simpatías en el electorado y ponerlo más difícil a la izquierda.

Nunca he compartida esa visión de la política de que mas vale enfrentarse a una derecha reaccionaria y corrupta que a un centro derecha modernizado, que en el fondo enlaza con la idea de “cuanto peor, mejor”.

Es cierto que Ciudadanos se ha ido desmarcando de su inicial propósito de ocupar el espacio de centro-centro, lindando con el PSOE y disputando a los socialistas sus votantes más moderados. De hecho, en su último Congreso se despojaron de la referencia socialdemócrata, para situarse de manera mucho mas contundente en el centro derecha, fijando su prioridad en atraer al votante moderado de la derecha, harto de la corrupción y de la parálisis gubernamental del PP.

En todo caso Ciudadanos ha sabido jugar con inteligencia su papel de partido bisagra. Apoyando al PSOE en Andalucía o al PP en Madrid y Murcia. Pactando un Acuerdo con el PSOE, que en mi opinión era moderadamente positivo, para la investidura de Pedro Sánchez (que como todos recordamos fracaso por el voto en contra decidido por Pablo Iglesias) y más tarde un Acuerdo con el PP para la elección de Rajoy. Es muy legitimo que muchos consideren este juego a dos bandas como puro oportunismo, pero es muy típico de los partidos centristas en todos los parlamentos democráticos.

Esa actitud flexible en las alianzas, el no estar implicados en ningún caso de corrupción al no haber tenido todavía oportunidad de gobernar, y la posición tajante en el conflicto independentista de Cataluña, les has sido muy rentables en los últimos meses, tanto en las elecciones como en las encuestas.

Pero ese crecimiento de Ciudadanos, en mi modesta opinión, no va a suponer a corto plazo el desmoronamiento del PP y su sustitución política por el Partido de Rivera. A diferencia de lo que sucedió con la UCD de Adolfo Suarez, el PP es un partido muy implantado en España, salvo en Cataluña, con amplia estructura organizativa, con muchos miles de militantes y cargos públicos, con estrechísimas relaciones con las clases dominantes de nuestro país y hoy por hoy con el firme apoyo de la mayoría de los medios de comunicación. Y como hemos visto bastante resistente a los escándalos de corrupción, que la mayoría de su electorado no castiga mucho.

Sin embargo, Ciudadanos no tiene esas solidas bases de las que goza el PP. Es un partido de clases medias, de profesionales, de jóvenes sin mucha carga política o ideológica, pero sin gran implante en la España profunda, ni en los pensionistas, ni en amplios sectores de la derecha más tradicional, y además sin ninguna experiencia de gobierno, que es algo que valora mucho el votante conservador.  Es evidente que con el tiempo el partido de Albert Rivera puede ir superando esas limitaciones y terminar por desbancar al PP de su posición hegemónica en el voto de la derecha y podría suceder que las clases dominantes y los medios de comunicación fueran paulatinamente confiando mas en ellos que en el PP, pero no va a ser cuestión inmediata.

Lo que si resulta evidente es que Ciudadanos va a ser el partido decisivo para la gobernabilidad de España, tanto para la continuidad del gobierno del PP, como para una posible alternativa moderada de centro izquierda liderada por el PSOE.

Así las cosas, sinceramente yo prefiero sin lugar a dudas que el voto de la derecha moderada y del centro derecha vaya a Ciudadanos que al PP. Prefiero una derecha dialogante, moderada, modernizada, que, a un partido reaccionario, inmovilista y con amplias zonas de corrupción. Con un centro derecha como el que hoy encarna Ciudadanos, nos será mucho más fácil a la izquierda entendernos para temas decisivos como la reforma constitucional, la consolidación del estado de bienestar social, el reimpulso de la Unión Europea o nuevos avances en una sociedad más laica, que sin mayorías parlamentarias muy cualificadas no podremos lograr.

Si tener un centro derecha de esas características nos quita algunas banderas a la izquierda y nos lo pone más difícil para afinar nuestras propuestas y lograr apoyo electoral, pues tendremos que espabilarnos. Lo que seria un craso error, es que por nuestra cerrazón echáramos a Ciudadanos de manera definitiva en los brazos del conservadurismo español.  



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