jueves, 30 de junio de 2016

TRAS LAS ELECCIONES, INTENTAR UN GOBIERNO PROGRESISTA


En las elecciones del pasado día 26, hay un dato positivo que merece la pena destacar: a pesar de los pesares, el 69% de la ciudadanía ha ido a votar, tan solo 3 puntos menos que en las del 20D; se mantiene una razonable confianza en las instituciones democráticas.

Un segundo aspecto a resaltar es que tras muchos años de hegemonía, el nacionalismo no ha ganado las elecciones ni en el País Vasco ni en Cataluña, a pesar de la constante suma de errores cometidos por el gobierno de España que han alimentado generosamente la espiral independentista. Es algo a apuntar en el haber de Unidos Podemos y sus confluencias.

Dicho esto, parece evidente que el conjunto de la izquierda ha retrocedido en escaños y votos y que la derecha se ha recuperado con cierta fuerza en tres ámbitos decisivos: Madrid, Andalucía y País Valenciano. Se han dado muchas y oportunas explicaciones para ese deslizamiento del electorado hacia la derecha y la abstención de más de un millón de personas, presumiblemente en su mayoría progresistas.

En relación a la recuperación de la derecha, en unas circunstancias tan adversas, solo cabe una causa de fondo. Tienen un muy sólido soporte electoral, que podrá debilitarse algo, que podrá tener veleidades mas centristas acercándose a la opción de Ciudadanos, pero que en ningún momento cruza la raya hacia el centro izquierda. Es una constante desde las elecciones de 1931, que con sus matices se ha ido repitiendo elección tras elección, con una única excepción que fue el triunfo arrollador  del PSOE en 1982 tras el golpe de Estado. A las izquierdas nos cuesta entender esa realidad, de que España no es de izquierdas, aunque tampoco sea de derechas. Esta dividida por la mitad con ciertas oscilaciones hacia un lado o hacia otro.

El PSOE ha hecho una campaña demasiado escorada hacia el ataque burdo a Unidos Podemos. Sacar a relucir de forma continua un anticomunismo primario, no es lo mas adecuado para generar una dinámica de movilización por el cambio progresista, que inevitablemente se tiene que apoyar en una alianza con Unidos Podemos. La indefinición sobre su política de pactos tras las elecciones y el constante run run de los barones y baronesas, tampoco ha facilitado la campaña de Pedro Sánchez. Y tras unos resultados mediocres, de nuevo van a por el Secretario General, sería el cuarto Secretario General en 5 años, cuando el problema de los socialistas no es tanto de liderazgo, ya que Sánchez, visto lo visto a su alrededor, es con diferencia el mejor dirigente y comunicador, sino de renovación de un mensaje político que convenza e ilusione sobre todo a los menores de 40 años  y a las clases trabajadoras urbanas.

En lo que respecta a Unidos Podemos, podemos utilizar el símil de la botella medio llena o medio vacía. Conseguir algo más de cinco millones de votos, teniendo en contra de forma muy beligerante al resto de las fuerzas políticas, a todo los grandes medios de comunicación audiovisual, con el especial y reaccionario  protagonismo del grupo PRISA, no esta nada mal. Es cierto que la confluencia con IU no ha sumado votos y encima se han perdido un millón de votos del 20D.

No son malos resultados para un Partido con dos años de vida y una confluencia constituida con muy poco tiempo de rodaje y con muchas reticencias por sectores de ambos lados, pero el listón fijado era tan alto, que al no haberlo conseguido se ha generado frustración y sensación de derrota.

En mi opinión mas allá de cuestiones de mera táctica electoral, como puede ser la a menudo chirriante imagen prepotente de Pablo Iglesias, (aunque se ha atenuado en las ultimas semanas), esta en dos errores de bulto.

El primero es que no hemos sabido explicar de manera convincente nuestra posición ante la candidatura de Pedro Sánchez, y dado que nuestra prioridad era desplazar al PP del gobierno, mucha gente de la izquierda no entendió que no utilizáramos la abstención critica y lo achacan a nuestros intereses estrictamente electoralistas, de mejorar resultados en unas segundas elecciones. Ese fue un punto de inflexión en la retirada del apoyo de gente que procedía del entorno socialista y que una parte de ellos ha vuelto a votarlos.

En segundo lugar la confusión de mensajes en la campaña, que han ido desde la confesión socialdemócrata hasta los numerosos guiños a la izquierda de procedencia comunista, incluyendo la recuperación de Julio Anguita. Es evidente que era muy difícil mantener ese equilibrio de llegar a la vez a simpatizantes socialistas y a votantes de IU, pero dados los resultados, no parece que lo hayamos logrado de forma suficiente.

En tercer lugar el tema del sorpasso al PSOE, que simultaneábamos con la oferta de mano tendida y gobierno de coalición. Los sorpassos no se deben anunciar, se trabaja por ellos y se darán o no, pero no se deben manejar como objetivo publico, porque tiene efectos rebote. Aglutina voto en la derecha y recupera voto en el PSOE de socialistas desencantados, pero que no son proclives a ver hundirse a su partido de toda la vida.

La izquierda alternativa española hemos caído en el espejismo del PASOK griego, un partido muy fragmentado, sin el arraigo y la tradición histórica del PSOE, sin los lazos con el movimiento sindical y con una acción de gobierno incomparablemente peor que la de los socialistas españoles. Pretender adelantar al PSOE, hoy por hoy, con una coalición recién creada y un partido con solo dos años de vida, era un espejismo y suponía ignorar las bases sólidas que tiene ese partido que se acerca a los 150 años de existencia.

En definitiva son errores importantes, pero perfectamente subsanables, comprensibles en una fuerza que se esta consolidando a todo correr, que no deben traducirse en purgas de dirigentes o equipos dirigentes, ni tampoco solventarse con bandazos a la izquierda o a la derecha.

A partir de este momento, nuestra actitud debería ser ofrecer sin dilación un pacto de legislatura al PSOE, bien con la entrada en un gobierno de coalición, lo que parece tremendamente difícil, dadas las resistencias de sectores de los socialistas o un abstención constructiva permitiendo un gobierno de coalición PSOE-Ciudadanos. La prioridad política debería ser evitar un nuevo gobierno del PP, que podría prolongarse por mas de una legislatura, porque no olvidemos los casos de largos gobiernos de la derecha en Inglaterra, Francia o Alemania.

En todo caso la organización debe prepararse para  realizar un activo y buen trabajo parlamentario, consolidarse como partido, reforzar los vínculos con los movimientos sociales y muy en especial con CCOO y UGT.












viernes, 24 de junio de 2016

DESPUES DEL BREXIT, MAS MOTIVOS PARA VOTAR EL CAMBIO PROGRESISTA


Hacía bastante tiempo que no asistía a un mitin tan multitudinario y con un ambiente tan entusiasta como el del cierre de campaña en Madrid de UNIDOS PODEMOS. Se nota que la confluencia política de la izquierda alternativa moviliza y genera ilusión. Excelentes, inteligentes y oportunas  intervenciones de Iñigo Errejon, Pablo Iglesias, Alberto Garzon y Mónica Oltra, mas una magnifica vídeo intervención de Ada Colau. Tod@s ell@s han logrado unificar los sentimientos y deseos de un público muy diverso en edad, procedencia social y adscripción política. Y por cierto, ni un solo ataque a sus futuros aliados del PSOE, todas las criticas tenían como destino el PP.

Mientras los escuchaba, le daba vueltas a la terrible decisión de la mitad de población inglesa de apoyar el Brexit y de las consecuencias que ello podría tener para el proceso de desarrollo de la Unión Europea. Frente a las tentaciones de desdibujar la Unión Europea, de hacer concesiones a los aislacionistas británicos o de arrugarse ante las presiones nacionalistas y xenófobas de la extrema derecha, de los populistas y de buena parte de los gobiernos reaccionarios del Este de Europa, resulta más necesario que nunca que las fuerzas progresistas sean firmes, audaces, innovadoras, movilizadoras, en la defensa de la Unión Europea.

Necesitamos más Europa, pero sobre todo otra Europa sustentada en las políticas de bienestar social, de trabajo digno, de crecimiento sostenible, de lucha contra la pobreza, de solidaridad con las gentes de los países asolados por la guerra, el terrorismo, la miseria endémica. Esa Europa de  los derechos humanos, solo puede ser reconstruida con principios y valores de progreso, con claridad de ideas, firmeza política y recuperando la confianza de la ciudadania.

Para ellos necesitamos en Bruselas, en las instituciones Europeas, gobernantes progresistas que crean y luchen con decisión por esa nueva Europa, que no se asusten ante los poderes económicos, ante las dificultades o ante las ofensivas de los extremistas y populistas, ante las amenazas de salida de otros países.

Una razón más y muy poderosa para que se vayan, derrotados democráticamente, quienes han contribuido a ese desmoronamiento del proyecto de la Unión Europea. Nada de miedos, nada de continuismo conservador. Necesitamos otras políticas y otros gobernantes, y en lo que a España se refiere, necesitamos un gobierno progresista, que defienda mejor nuestros intereses de país y contribuya activamente a la reconstrucción de la Unión Europea.

Por tanto, tras el Brexit, votemos con mas decisión el cambio progresista y en especial lo que representa UNIDOS PODEMOS.

miércoles, 22 de junio de 2016

VOTEMOS SIN MIEDO POR EL CAMBIO PROGRESISTA


Toda opción política es respetable en un país democrático como el nuestro. España se ha ido transformando en una sociedad muy diversa social, económica, cultural, demográfica y territorialmente. Esa complejidad es lógico que se traduzca en un amplio pluralismo político y en consecuencia en la necesidad de pactar, en un primer momento para conseguir formar gobierno y después para ir aprobando las leyes de mayor importancia.

La derecha ha tenido la oportunidad durante una legislatura con mayoría absoluta y sin ningún tipo de cortapisas legales; además ha contado con sólidas mayorías en buena parte de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos. Los resultados son más que conocidos: la mayoría de la población está peor que en el año 2011 y una parte significativa está mucho peor, algo que corrobora Caritas, una entidad nada sospechosa de ser de izquierdas. Además, problemas estructurales de España se han ido agravando y el deterioro de la política por las diversas formas de corrupción es más que preocupante. 

En la propia derecha ha surgido una profunda discrepancia, dando lugar al surgimiento de Ciudadanos, con un programa que en numerosos aspectos nada tiene que ver con las políticas seguidas por el PP y en algunos temas incluso se acercan a propuestas tradicionalmente progresistas.

Sin embargo entre los que no queremos seguir con más de lo mismo hay dudas, miedo y hasta una inexplicable tentación a la abstención o al voto en blanco o nulo. Es cierto que ninguna opción progresista es la perfección, ya se lo dijeron a Jack Lemmon en las escenas finales de “Con faldas y a lo loco”: “nadie es perfecto”.

El gran ascenso de UNIDOS PODEMOS ha provocado reacciones muy duras en las demás fuerzas políticas. Esperable en el PP, no tanto en Ciudadanos y sobre todo es  incomprensible la intensa agresividad por parte de algunos dirigentes socialistas. Aparte de un anticomunismo primario, una persona de izquierdas no puede meter miedo a la ciudadanía sobre las repercusiones de la  presencia de Unidos Podemos en un futuro gobierno.

Hace tan solo dos años, siendo militante de IU, señalé numerosas discrepancias con lo que proponía PODEMOS en su programa electoral europeo y en ningún momento se me ocurrió votarles. Esa diferencias se mantuvieron aunque bastante mas atenuadas en las elecciones locales municipales y autonómicas. Sin desaparecer totalmente pasaron a un segundo plano en las elecciones del 20D, por lo que les voté sin ningún tipo de reticencia.

Es verdad que dirigentes de PODEMOS han sido también muy duros con los socialistas. Pero han cambiado.

La evolución política de PODEMOS es una plena garantía de gobernabilidad. Y para quienes se escandalizan de esa evolución habría que preguntarles si sus  partidos no lo han hecho. ¿O es que nos hemos olvidado del izquierdismo de Felipe y Guerra en los primeros tiempos  de la transición?, por no hablar de que el primer presidente del gobierno del PP no votó la Constitución democrática o los ribetes reaccionarios de los primeros tiempos de Ciudadanos.

Y tenemos ejemplos de buena gobernación en ayuntamientos como el de Valencia o el de Madrid. A pesar de meteduras de pata, rebobines, deficiente comunicación e información a la opinión pública, etc.,  en escasos doce meses han hecho una gestión razonable, más aun teniendo en cuenta en qué condiciones recibieron los ayuntamientos. Incluso si algo se les puede reprochar es el exceso de cautela y el haber sido muy respetuosos, manteniendo en niveles intermedios a muchísimos responsables del PP.

Es evidente que no es lo mismo gobernar una gran ciudad que el estado. Pero sin duda será mucho mejor ministro Iñigo Errejon que Fernández Díaz, Nacho Álvarez que Cristóbal Montoro, Garzón que Ana Pastor, Carolina Bescansa que Soraya, o el general Rodríguez, con un impecable historial militar, frente a lo que supone el actual Ministro Morenes. 

Además la combinación UNIDOS PODEMOS y el PSOE es perfecta. La experiencia, los cuadros dirigentes, las relaciones institucionales, económicas y sociales de los socialistas, sumado al empuje, claridad de ideas, decisión, valentía y voluntad transformadora de Unidos Podemos, es un tándem magnifico. Así se evitarán los dos grandes riesgos que estos dos partidos tendrían por separado, la tradicional tendencia de los dirigentes socialistas de descafeinar e incluso olvidar sus programas una vez llegados al gobierno, y la inexperiencia y excesivo voluntarismo que podrían tener algunos dirigentes de Unidos Podemos.

Hay otra importante razón para apostar sin miedo por el gobierno progresista con fuerte presencia de Unidos Podemos. Ya va siendo hora del relevo generacional en el gobierno del país. Y no es solo una cuestión de edad, porque también hay muchos jóvenes en Ciudadanos y hasta en el PSOE, es que se necesitan nuevas formas de concebir y realizar la política que lleguen, interesen y entusiasmen a los menores de 40 años y estas se encuentran, con mis respetos para el PSOE y Ciudadanos, sobre todo en UNIDOS PODEMOS.

Un gobierno de coalición Unidos Podemos y PSOE, a nadie se le oculta que no será nada fácil, tenga o no un cierto apoyo tácito de Ciudadanos, porque los retos que tiene España no son fáciles, pero las posibilidades de cambio progresista se irían haciendo realidad paulatinamente y la inmensa mayoría de nuestro país saldría beneficiada.

Así que nada de miedo ni de vértigo al cambio, vayamos a votar y demos una oportunidad a UNIDOS PODEMOS.




sábado, 18 de junio de 2016

DEBATAMOS CON RIGOR SOBRE FUTURO DE LAS PENSIONES


En estas semanas preelectorales, esta siendo un tema recurrente el futuro de nuestro sistema público de pensiones y en especial las referencias a la llamada “hucha de las pensiones”. Llama la atención el poco rigor con el que la mayoría de los dirigentes políticos se están refiriendo a ello, siguiendo de manera irreflexiva los comentarios y artículos que aparecen en los medios de comunicación, casi todos en la misma línea alarmista, frecuente desde 1978 (en que nuestra Constitución reconoció el sistema público de Seguridad Social) y con intereses muy acordes con los del sector financiero.

Pero lo que resulta impresentable son las alusiones al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, rebautizado como “Hucha de las pensiones”. No es tan solo lo inapropiado del término, es que revela un profundo desconocimiento del modelo de sistema de pensiones que tenemos.

Nuestro sistema de pensiones es de “reparto”, es decir que el pago de las pensiones contributivas en vigor, se financia con los ingresos de los actuales activos, salvo los complementos que garantizan unas cuantías mínimas para las pensiones mas bajas, que dado su carácter de solidaridad y redistribución social, se pagan por cuenta de los impuestos generales. Y en ese marco ¿qué es y para qué sirve el Fondo de Reserva?

Es un Fondo creado al principio del siglo XXI, en un periodo de altos ingresos por cotizaciones, dado los buenos niveles de empleo y aceptables salarios existentes en esos años, que generaba un cierto superávit de la Seguridad Social. Un Fondo destinado a hacer frente a coyunturas desfavorables, en que cayera el empleo y/o los salarios, y hubiera dificultades para financiar la totalidad de las pensiones. Cuando se creó, se pensaba en periodos cortos de crisis económica, como los vividos entre 1992 y 1995 o a principios de los años 80 del siglo XX. Por tanto no tiene nada de “hucha”, en todo caso es una especie de “fondo de maniobra coyuntural”.

El Fondo de reserva esta sometido a rígidos controles y su gestión esta muy reglamentada para su utilización por los poderes públicos, tanto en la aplicación al pago de las pensiones, como a la hora de invertir una parte o la mayoría del mismo en inversiones, para evitar que sean de riesgo o especulativas. Por ello resulta, en mi opinión, una frivolidad atacar, por meros intereses partidistas y electorales del momento, al actual gobierno por el supuesto “despilfarro” del Fondo. Hay otros muchos y más importantes motivos de crítica al PP, pero lo ocurrido en los últimos años con el Fondo de Reserva no hubiera sido muy distinto de gobernar la izquierda. Cuestión muy distinta es criticar determinadas medidas adoptadas por el gobierno en materia de cotizaciones, o su pasividad para afrontar medidas para mejorar el sistema de ingresos y gastos de la Seguridad Social, que inevitablemente han obligado a utilizar más el Fondo de Reserva.

Quien haya leído hasta aquí, puede preguntarse a qué viene esa disquisición, aparentemente bizantina, sobre lo inapropiado de considerar el Fondo de Reserva como “la hucha de las pensiones”.

Estaríamos apañados si el futuro de las pensiones dependiera de esta u otra hucha. El futuro de las pensiones, depende, sobre todo, de unos saneados ingresos como resultado de un elevado nivel de empleo y de unos salarios razonables, dos factores que hoy no se dan por mucho triunfalismo que quiera transmitir Rajoy, y de un adecuado diseño de las prestaciones.

Habitualmente cuando se habla de garantizar el futuro de las pensiones solo se hacen referencias al ajuste del gasto y no a la mejora de los ingresos. Es cierto que la clave de la sostenibilidad esta en mas empleo y mejores salarios, pero también hay otros instrumentos para mejorar los ingresos. En primer lugar, revisando el sistema de cotizaciones actual, por el que, más allá de las diferencias en las cuantías de los  salarios, pagan lo mismo las empresas con elevada productividad y elevados beneficios que las pequeñas empresas con muy ajustada o nula rentabilidad. Que tengan los mismos tipos de cotización una peluquería, un bar o un taller que Zara o el Banco de Santander no parece razonable, aunque comprendo que políticamente es difícil modular los tipos de cotización empresariales de esta froma, sin que la CEOE le declare la guerra al gobierno.

Hay un segundo margen de maniobra en materia de ingresos, al menos a medio plazo, como es el combate articulado (Agencia Tributaria, Inspección de Trabajo y Tesorería de la Seguridad Social) contra la economía sumergida en sus múltiples formulaciones. Soy consciente de que la economía irregular no tiene fácil erradicación, pero entre hacerla desaparecer y resignarnos a vivir con un 20-25% del PIB en el mercado negro, hay un termino medio, que podía beneficiar de manera sustancial a los ingresos de la Seguridad Social.

Por ultimo, habría que revisar la amplia gama de bonificaciones, desgravaciones y exenciones de cotizaciones e impuestos que lastra nuestro sistema de cotizaciones y fiscal, y cuyos “efectos milagrosos” en la creación de empleo hasta ahora no se han demostrado de manera fehaciente.    

Por tanto margen para mejorar los ingresos, haberlo, haylo.

En lo que se refiere a los gastos, un gobierno decidido políticamente y con buena interlocución social, debería afrontar una reforma en el diseño de nuestro sistema de protección social, diferenciando claramente las prestaciones sociales relacionadas con el trabajo (pensiones de jubilación e invalidez y bajas de Incapacidad Transitoria), de lo que en realidad son prestaciones de apoyo a las familias (pensiones de viudedad, orfandad y prestaciones por hijo a cargo). Las primeras deberían seguir financiadas  con cotizaciones, las segundas pasar a pagarse con impuestos generales.

Es cierto que una reforma de este calado, incluyendo un replanteamiento a medio plazo del actual modelo de pensiones de viudedad, pone lo pelos de punta a cualquier gobierno y hace frotarse las manos a cualquier oposición irresponsable, pero algún día habrá que afrontarlo, con periodos de transición adecuados y sobre todo con buena comunicación y relación con los sindicatos y organizaciones sociales implicadas.

Diferenciar conceptual, jurídica y financieramente pensiones de jubilación e invalidez y el resto de las actuales prestaciones económicas de la Seguridad Social, consolidaría por muchos años la financiación de las pensiones de jubilación e invalidez. Y las demás prestaciones económicas, con los rediseños oportunos,  podrían financiarse por los impuestos generales, al igual que la dependencia, la sanidad, la educación o los servicios sociales de atención primaria.

Una reforma de estas características de nuestro sistema de protección social requiere negociación política, dialogo social, buena comunicación, transparencia y periodos de implantación bien medidos y desde luego aguantar las tremendas ofensivas que lanzarían los sectores financieros, al ver reducidas sus expectativas de negocio con un sistema privado de pensiones que, desaparecidas las amenazas catastrofistas sobre las pensiones públicas, tendrían muchos menores alicientes para la mayoría de la población.


Para todo ello resulta imprescindible un debate riguroso y abandonar las simplezas o la demagogia, como es el caso de la “hucha de las pensiones”. 

martes, 7 de junio de 2016

"POLITICA": UNA MAGNIFICA PELICULA SOBRE PODEMOS


Fernando León de Aranoa ha dirigido algunas de las películas más interesantes de los últimos 20 años, desde la inicial “Familia” a “A perfect day” del año pasado. Ahora acaba de estrenar “POLITICA: MANUAL DE INSTRUCCIONES”, centrada en el nacimiento y desarrollo de PODEMOS.

Hacer una película documental estrictamente política no es nada fácil. Se puede caer en el panegírico o al revés en un ataque o deslegitimación. León de Aranoa ha evitado la propaganda, aunque es evidente la simpatía y empatía con los protagonistas de la misma.

La película arranca en la Asamblea fundacional de Vistalegre en octubre del 2014 y termina con las elecciones del 20 D y la llegada al Congreso de los Diputados de l@s nuev@s representantes de PODEMOS.

Como decía no hay propaganda. Por el contrario aparecen con toda claridad las discrepancias, las contradicciones, los errores, las dificultades del proyecto político. Tienen cabida las opiniones, algunas muy criticas, de Juan Carlos Monedero o Pablo Echenique y otros dirigentes en desacuerdo con la mayoría y se recogen reuniones internas conflictivas. Hay que valorar que los responsables de PODEMOS dejaron grabar 500 horas a León de Aranoa, que después editó el montaje final como consideró oportuno. No es frecuente que una organización política o de otra índole, abra sus puertas a cámaras y micros en reuniones, debates y reflexiones internas a veces muy polémicos.

Hay dos claros protagonistas, Iñigo Errejón y Pablo Iglesias, y muy en especial el primero. Mas allá de compartir o no lo que dicen, no cabe duda de que estamos ante un tándem muy potente, que se complementan estupendamente y que sería deseable que en ningún momento se resquebrajara.

Las intervenciones, numerosas, de Errejón revelan una evidente coherencia, claridad de ideas, facilidad de comunicación. En resumen un impresionante cerebro político, que dada su juventud es de esperar que tenga un largo, influyente y destacado recorrido. Mientras Pablo Iglesias refleja los rasgos de un fuerte liderazgo hacia la gente. Por ello insisto en lo del tándem.

Otro elemento muy interesante que pone de relieve la película, es la velocidad de reflexión y adaptación, que tiene el núcleo dirigente de PODEMOS, que en dos años han hecho un recorrido de maduración que no tienen muchos antecedentes en la historia política, al menos de nuestro país. Hay mucha gente que a esa evolución y maduración, la consideran falta de ideología,  puro oportunismo e irrefrenables ansias de poder. Que tienen ansias de gobernar es indudable, en caso contrario no habrían creado un partido, ¿o es que los demás líderes de otros partidos no quieren el poder?

Mayor efecto podrían tener las otras dos críticas. Pero Errejón lo explica muy bien y se trasluce perfectamente en los debates que se reproducen en la película. Los que venimos de la izquierda de toda la vida, tenemos unos parámetros de análisis que hoy han quedado en buena parte desfasados y ya no podemos juzgar lo que esta sucediendo a nuestro alrededor en España y en el mundo con criterios del siglo XIX y del siglo XX. El mundo se mueve a velocidad vertiginosa y la izquierda tradicional nos hemos quedado perplejos al borde del camino, haciendo justas y sólidas criticas pero sin saber que proponer, más allá de agarrarnos a los principios genéricos que heredamos de Marx, Lenin o de la socialdemocracia centroeuropea. Hay nuevas formas de interpretar las contradicciones de las clases, de los diversos intereses en el conjunto de la sociedad.

La derecha lo esta sabiendo hacer en la vieja Europa, con el ascenso del populismo; en Latinoamérica con el desplazamiento de las diversas izquierdas nacionalistas; en USA con la irrupción de Trump; en los países árabes con el predominio del integrismo musulmán. Y esa izquierda que desconcertada retrocede, lo menos que puede hacer es dar una oportunidad a quienes están buscando, con dificultades, con contradicciones, con meteduras de pata, a veces con excesivo complejo de superioridad, la articulación y movilización de los sectores mas dinámicos, mas jóvenes y mas castigados por la crisis. No nos pongamos exquisitos con quienes sí han sabido conectar con esas ansias de cambio y con quienes han conseguido que España sea una de las pocas excepciones, donde el malestar social no se ha traducido en crecimiento exponencial de la extrema derecha, sino todo lo contrario.

Por ultimo, da gusto presenciar la frescura y la agilidad, en la comunicación interna y externa, en la utilización de las nuevas tecnologías y formas de relación. Hay quienes en la izquierda tradicional están diciendo que los de PODEMOS están sustituyendo la democracia participativa por una pseudo democracia telemática. Pero algunos ya hemos dado muchas vueltas y hemos conocido, protagonizado o padecido, prácticas de centralismo democrático (en todos los partidos y no solo en los de procedencia comunista), que dejaban muchísimo que desear

Yo salí del cine pensando “aquí esta el futuro (y desde luego el presente) de la izquierda”. Cuanto antes lo entendamos, mucho mejor.

Por ello recomiendo vivamente ir a ver esta película, aunque no se este de acuerdo con PODEMOS. Es un documento político de primera magnitud.  



viernes, 3 de junio de 2016

EL GRAN ERROR POLITICO DE CHAVES Y GRIÑAN


Conozco a Manuel Chaves y a José Antonio Griñan desde hace casi 40 años. En los primeros tiempos de la democracia, siendo Chaves el asesor jurídico de UGT y yo de CCOO, coincidimos a menudo en actos que organizaba la APD (Asociación para el Progreso de la Dirección) presidida por Antonio Garrigues,  para mostrar a empresarios asilvestrados y desconfiados, lo que pensábamos y proponíamos los sindicatos. También coincidimos como asesores de los sindicatos en las diversas negociaciones con los sucesivos gobiernos de UCD. A veces no estábamos de acuerdo; Manolo era socialdemocrata puro y yo era eurocomunista y nuestros sindicatos a menudo estaban confrontados, no como ahora. Pero Chaves argumentaba solidamente y era sumamente respetuoso. Y lo siguió siendo cuando fue Ministro de Trabajo y de nuevo nos sentamos a negociar  pero en distinto lado de la mesa, y vaya diferencia con el otro ministro presente, Carlos Solchaga.

Vi casualmente a Manolo hace unos pocos meses en una cena con otros amigos y estaba humanamente destrozado.

A Griñan le conocí cuando el era uno de los pocos Inspectores de Trabajo que aplicaban la legislación laboral de los años 70 con los criterios mas favorables posibles para los trabajadores y eso no se olvida. Después nos volvimos a encontrar siendo él Ministro de Sanidad y yo Director del INSERSO, coincidiendo en reuniones del Comité Consultivo del Sistema Nacional de Salud y en diversas actividades relacionadas con la coordinación sociosanitaria. La relación siempre fue cordial y constructiva. Además tenemos un gran amigo en común, Marcos Peña, actual presidente del Consejo Económico y Social de España.

En definitiva creo sinceramente que son dos personas que se han comprometido y trabajado por los derechos de las clases trabajadoras, que  han estado siempre en el ámbito de la izquierda de nuestro país y que en su larga trayectoria política nunca han buscado el lucro económico.

Dicho esto, tengo que añadir que la izquierda no puede ser permisiva con actuaciones que se sitúan al margen de la legalidad, porque se trate de “los nuestros”. Pero en mi opinión la responsabilidad de Chaves y Griñan, tiene básicamente un componente político y no de carácter penal.

Que ambos conocían lo que estaba pasando con los ERES y con la formación profesional, al menos en sus líneas generales, me parece fuera de toda duda. Unas practicas de tal envergadura, con un coste presupuestario de esa importancia, no es creíble que no lo conocieran y compartieran. Mi experiencia como responsable político-administrativo en el INSERSO es muy elocuente al respecto. Al mes de estar allí, ya había tenido confidencias abundantes sobre todo lo que pasaba en este Instituto; ya me habían visitado un montón de funcionarios de diversos niveles para, de buena o mala fe, ponerme al día sobre todo lo que sucedía, incluidos los affaires sentimentales de responsables. Y por si fuera poco contaba con la Inspección, con la Abogacía del estado y con la Intervención de la Seguridad Social. Así que un responsable político se entera de lo que pasa, ¡claro que se entera! Y si no se entera mucho peor, porque demostraría que es un irresponsable o un inepto.

Así pues la pregunta que hay que hacerse es ¿por qué sabiéndolo, lo permitieron? En mi opinión es que ello fue por razones estrictamente políticas y que resumiría en “comprar paz social en Andalucía”. A este respecto no podemos olvidar que Andalucía ha sido, y sigue siendo, una región de nuestro país con muy altos niveles de paro y con evidente imposibilidad o incapacidad para generar la suficiente actividad económica y en especial industrial, para reducir de manera drástica ese desempleo. En el pasado hubo el PER, una especie de salario social de baja cuantía, con unas formas de aplicación teñidas a menudo de discrecionalidad.

Llama la atención que en Andalucía no solo no haya habido una intensa conflictividad social, sino que además elección autonómica tras elección autonómica, el resultado ha sido o mayoría absoluta del PSOE o gobierno en colaboración con IU (ahora de Ciudadanos). Algo tiene que explicar esta realidad y no solo el rechazo popular al señoritismo de buena parte de la derecha andaluza.

En mi opinión, el PSOE ha buscado diversas formulas para diluir en la medida de lo posible la conflictividad social por unos niveles de paro tan elevados y para ello ha buscado también el consenso, más o menos explicito, de las centrales sindicales, preocupadas a su vez con la grave situación de paro, pero no por ello exentas también de responsabilidad Y así surgieron las malas practicas de los ERES y de la formación profesional.

El grave error político de Chaves y Griñan es admitir un procedimiento con claros rasgos de clientelismo político y con evidentes riesgos de corrupción. En lugar de haber ido a las claras, como han hecho, y con infinitos recursos económicos más, los gobiernos de España. ¿O es que nos hemos olvidado de las ayudas a empresas en reconversión desde principios de los años 80, las subvenciones arbitrarias a multinacionales para que no deslocalicen sus centros de trabajo o para que los abran en España, las inversiones, algunas más que discutibles, en regiones también afectadas por reconversiones, como Asturias? ¿O la permisividad con miles de expedientes de invalidez permanente en los años 80 para reducir plantillas, con la complicidad de todo el mundo, incluidos los Comités de Empresa? ¿O las sucesivas, diversas y múltiples vías de desgravación selectiva de impuestos o cotizaciones a las empresas?

¿Cual es la gran diferencia con lo sucedido en Andalucía?, que los gobiernos estatales lo han hecho con el BOE y no por la puerta de atrás. Esa forma chapucera de actuar en Andalucía, es la que a su vez ha provocado los latrocinios de quienes han participado en las operaciones, sin control adecuado. La  chapuza casi siempre genera corrupción y así ha sido.

La intención de Chaves, de Griñan, de sus consejeros, era política, conseguir la paz social y evitar el deterioro electoral. La de una parte de los que gestionaban la chapuza era estrictamente el aprovechamiento personal o de sus familiares y amigos o en el mejor de los casos disponer de una red clientelar para futuras actividades.

En cualquier caso la responsabilidad política de Chaves, Griñan y sus mas directos colaboradores, es inevitable. Pero no utilicemos dos varas de medir, fijándonos en las chapuzas, irregularidades y también delitos (según en qué nivel) de los gobiernos de Andalucía y ocultando los miles y miles de millones de euros que desde principios de los años 80 han ido a uno y otro sitio para buscar también la paz social, en un país con permanentes altos niveles de paro y con clara incapacidad para generar un nuevo modelo de desarrollo productivo, que se quiere solventar con ayudas a diestro y siniestro y en general a fondo perdido y sin querer p.e establecer un adecuado, suficiente y bien controlado seguro de desempleo.

Desde una visión cínica se podría concluir que la gran equivocación de Chaves y Griñan es no haber aprendido de cómo hacían las cosas los gobiernos y ministros de Madrid. Y ahora tienen que pagar un duro precio político, que ya veremos como termina afectando al PSOE y en general a la izquierda.