domingo, 27 de diciembre de 2015

JUDY COLLINS - "Silent Night" LIVE 1996

¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!




Hola, amigos y amigas:

Este año entre los nervios antes y despues de las elecciones, mi operación de vesícula y el viaje a Asturias para estar con Juan y Ruben, no he tenido un momento para felicitar a tiempo y en condiciones las Navidades. Más vale tarde que nunca. La foto es de la mañana de Navidad, tras el forre de  Nochebuena en casa de mis consuegros. 


Voy a ir descargando en los próximos días hasta cinco vídeos de la maravillosa Judy Collins cantando canciones navideñas en 1996, cuando aun estaba en plenitud de facultades, que espero os gusten.


miércoles, 23 de diciembre de 2015

ESPAÑA SÍ ES GOBERNABLE


Hemos vivido muchos meses escuchando y leyendo que la realidad de bipartidismo de hecho de nuestro país no representaba bien la diversidad de la sociedad española. Ahora, cuando esa pluralidad se expresa en las urnas, nos alarman con la “ingobernabilidad”. ¿En qué quedamos?

La inmensa mayoría de las democracias avanzadas tienen gobiernos plurales. ¿Qué cuesta formarlos? Es evidente, pero no pasa nada. Recomiendo la visión de la serie danesa “Borgen” muy ilustrativa al respecto. Pero más allá de ese alarmismo, conviene analizar con rigor los resultados electorales.

Que tras una durísima legislatura, en la que el gobierno del PP ha tomado severísimas medidas de recorte de derechos y servicios públicos, en la que han estado salpicados un día sí y otro también de escándalos de corrupción y que encima han presentado un candidato desgastado y algo acartonado, hayan obtenido casi 7’5 millones de votos es un buen resultado para ellos y un tremendo disgusto para los demás, sobre todo para quienes confundiendo nuestros deseos con la realidad creíamos que 4 años de mareas, movilizaciones, huelgas, concentraciones, etc. etc. desembocarían en una clara derrota de la derecha y en una gran victoria progresista. No ha sido así.

Llevo años escribiendo que la derecha de nuestro país tiene un suelo electoral muy sólido, como ha quedado en evidencia en todas las elecciones democráticas desde 1931, con la excepción del tsunami socialista de octubre de 1982. Razones económicas, ideológicas, culturales, de tradición familiar, religiosas, etc. están detrás de ese voto fiel, pase lo que pase. Es verdad que han perdido 2 millones y medio de votos, que han ido a Ciudadanos, pero es que solo faltaba que hubieran vuelto a ganar por goleada como en el 2011.

Hay otras razones a tener en cuenta en ese suelo de hierro del PP. La crisis no ha perjudicado  a toda la sociedad española, ni mucho menos. Mas de 10 millones de personas adultas han estado al margen de la crisis o afectados muy colateralmente, y una parte de ellas, no desdeñable, ha mejorado posiciones. No hay más que darse una vuelta por los barrios centrales de nuestras ciudades, por los niveles de consumo, de viajes, etc. Sí, mucha gente no ha sido maltratada por el gobierno del PP y no se han sentido impulsados a dejar de votarle.

La segunda razón tiene que ver con la perdida de la hegemonía ideológica por parte de la izquierda. Daba pavor escuchar hace unas semanas en el programa de Jordi Evole a trabajadores de la antigua periferia roja de Madrid como justificaban las políticas de recortes del PP, utilizando los mismos argumentos que Cristóbal Montoro. La mayoría electoral del PP en numerosas ciudades dormitorio, con altos niveles de paro, solo se explica por esa perdida de hegemonía de las ideas progresistas, algo que ya sucedió en Francia, Inglaterra y otros países del centro y norte de Europa, donde una parte de la clase obrera dejo de votar a la izquierda y se pasó a la derecha o a la extrema derecha. Algo no habremos hecho bien.

La tercera razón es el error estratégico de la campaña socialista, del “y tu mas”, aparcando la presentación y defensa de propuestas alternativas. Tras el penoso espectáculo de Pedro Sánchez frente a Rajoy, quedé convencido del batacazo que se iban a llevar los socialistas. Sánchez ha perdido a las clases medias urbanas  e incluso parece que  no se ha molestado en llegar a ellas. Utilizando tics propios del más rancio “guerrismo”, ha querido emular a Pablo Iglesias (el joven, claro), cuando tenía que haber emulado a Willy Brandt o a Olof Palme. A las clases medias urbanas con ideas moderadas, de centro, solo se les puede ganar con un discurso constructivo y razonado, como en cierta forma ha hecho Albert Rivera. Sánchez ha hablado para los suyos, para los convencidos, no para los que dudaban en votar al PSOE, a Ciudadanos o quedarse en casa. No quiero decir con esto que el PSOE tenía que haberse escorado más hacia el centro, sino, insisto, haber hecho otro tipo de campaña, con un formato mucho más didáctico, civilizado y moderno.

Podemos, a pesar de algunas actitudes prepotentes de Pablo Iglesias, ha hecho una buena campaña y ha tenido espectaculares resultados, a pesar de que el gobierno y algunos medios de comunicación, han pretendido camuflarla, repartiendo los escaños, votos y porcentajes. Llama especialmente la atención el triunfo en solitario en el País Vasco, donde ha barrido a Bildu y al PSOE y adelantado en votos al PNV (que en todo caso ha tenido un buen resultado), demostrando que “hay vida” mas allá del nacionalismo tradicional. El desastre de Bildu es para que abran un profundo proceso de reflexión de a donde les lleva su inmovilismo político y su ambigua posición frente a ETA.

Además Podemos, teniendo en contra el sistema electoral, ha entrado en provincias donde jamás la izquierda alternativa había tenido diputados, rompiendo en mil pedazos los techos del PCE y de IU, demostrando que también “hay vida” en la izquierda transformadora y sobre todo renovadora  y con propuestas mínimamente creíbles.

Para Izquierda Unida, a pesar de los titánicos esfuerzos de Garzón, que ha sufrido un vergonzoso ninguneo de la mayoría de los medios de comunicación y ha realizado una campaña casi en clave personal con la desaparición del resto de los dirigentes, sus bajísimos resultados en Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana, etc. cuestionan la viabilidad eficaz de la organización. Y dado que la supuesta renovación no ha dado frutos, tendrán que pensar seriamente en su futuro.

Ciudadanos ha tenido un resultado más que digno, pero muy lejos de lo que había llegado a soñar su máximo dirigente. Pero se han puesto de manifiesto las contradicciones ideológicas y programáticas, los vacíos y bisoñez que aun tienen sus equipos dirigentes y que no es nada fácil repetir la odisea centrista de Adolfo Suárez en circunstancias muy distintas a las actuales.

Y por ultimo merece la pena resaltar  el nuevo desastre de Artur Mas, cuya desmesurada y ciega ambición se puede interpretar con ese  dicho “de derrota en derrota hasta la victoria final”. Seria deseable que convergentes sensatos montaran una conspiración y se libraran de un político iluminado que solo crea problemas por todas partes, tomando buena nota de la actitud y resultados de Iñigo Urkullu en el País Vasco.

Así las cosas, con un Congreso sin mayorías y un Senado en manos del PP (lo cual dicho sea de paso es un serio obstáculo para afrontar reformas legales de calado), los partidos tendrán que hilar muy fino. Sin prisas, sin dejarse presionar por las Bolsas o las Agencias internacionales. Siendo muy conscientes, como sabemos los viejos sindicalistas, que negociar es un trabajo complejo, difícil, largo, con ordagos y envites, con recovecos y sobre todo con cesiones, a veces con muy importantes cesiones. Aquí nadie va a ganar por goleada.

Recomendaría a Pedro Sánchez, a Pablo Iglesias y hasta a Albert Rivera, que tuvieran  unas conversaciones con Ignacio Toxo y Candido Méndez  y que les contaran su larga experiencia de negociaciones con duros ministros e intransigentes patronales.


En todo caso, calma, que mas vale echar algo de tiempo en preparar un buen acuerdo de legislatura, que situarse en la provisionalidad y en la inestabilidad.

jueves, 17 de diciembre de 2015

MI VOTO A PODEMOS


Desde las primeras elecciones democráticas en junio de 1977 hasta ahora, el sentido de mi voto ha ido siempre en la misma dirección. Primero al PCE y después a IU. Solo ha habido tres excepciones: en 1986, estando expulsado del PCE, voté al Partido de los Trabajadores, dirigido por Santiago Carrillo; en las autonómicas de 1999 lo hice por la candidatura del PSOE encabezada por Cristina Almeida y en la que figuraban algunos candidatos del partido Nueva Izquierda; y por fin el pasado mayo he votado a Manuela Carmena para el Ayuntamiento de Madrid.

En las elecciones generales de este 20 de diciembre, por primera vez en mi vida, he dudado a fondo sobre mi voto y he cambiado la orientación del mismo. Por supuesto que deseo que el PP deje el gobierno, ya sea como opción en solitario o con el apoyo de Ciudadanos. Me gustaría que el próximo presidente del gobierno fuera Pedro Sánchez, a pesar de las diferencias que mantengo, de la penosa imagen que nos dio el pasado lunes en la pelea a dos con Rajoy y de  las descalificaciones que ha venido haciendo de Podemos y de Pablo Iglesias, llamándole “comunista”, como si esto fuera un delito o restregando el apoyo tiempo atrás de gente de Podemos al gobierno chavista de Venezuela.

Pero sobre todo quiero un gobierno que haga una política progresista, que se atreva a afrontar los profundos retos políticos, económicos y sociales que tiene por delante nuestro país y  que sea capaz de resistir las fuertes presiones nacionales e internacionales que una política de reformas progresistas arrostraría.

Por ello mi voto consciente va a ser para PODEMOS.

Cualquiera que haya leído mis artículos políticos en el último año y medio podrá sorprenderse, aunque quizás no tanto. Efectivamente cuando surgió PODEMOS, compartía muy pocas cosas con su entonces aun genérico programa. No estaba de acuerdo con la descalificación generalizada de lo que consideraban la “casta política” y mucho menos de la “casta sindical”. No estaba de acuerdo con la negativa valoración de la transición política ni con el rechazo a la Constitución de 1978. No estaba de acuerdo con algunas de sus propuestas estrella, como p.e. la renta básica garantizada para todo el mundo, ni de otras muchas iniciativas de su programa. Ni tampoco me satisfacían los métodos de centralismo leninista con los que se comportaba la cúpula del partido.

He seguido con absoluta atención la rápida e intensa evolución de PODEMOS en 18 meses. Hay quienes la han calificado de oportunista, de giro a la derecha, de electoralista. Me da lo mismo. En un tiempo de profundos cambios el que defienda la inmovilidad o peor aún la involución, está condenado a convertirse en un fósil.

En mi opinión el equipo de dirección de PODEMOS y de manera muy singular su brillante dirigente Iñigo Errejon, ha ido concretando sus propuestas, revisando a fondo las realizadas inicialmente, con la legitima pretensión de llegar a un electorado que fuera más allá del 10%, (frontera que fue incapaz de atravesar el PCE e IU), que les permita ser una fuerza determinante en las Cortes y en la política española y no una aislada y pequeña referencia moral, muy digna pero inservible en  términos de realización de cambios reales. Además creo que PODEMOS, sin reconocerlo expresamente, ha aprendido y mucho de lo sucedido con el gobierno de Syriza en Grecia, algo que otros no han hecho. Y algo muy importante, la dirección de PODEMOS se están comportando como un equipo con vocación y voluntad de gobierno y no solo de dar discursos o de adoptar posiciones de corrección política izquierdista.

Es cierto que sigo sin compartir determinadas cuestiones de PODEMOS, como no estuve de acuerdo con la sinuosa y prepotente actitud adoptada ante las peticiones de IU de buscar fórmulas electorales unitarias. Pero ya lo he escrito y lo repito, no es posible encontrar el mirlo blanco que se ajuste a lo que uno piensa y considero que unos potentes resultados de este partido puede ser la mejor garantía para una política progresista en España.

Y al otro lado del espejo, hoy no me identifico con la deriva de IU, que tras cuestionar su pasado y en especial las históricas aportaciones a la construcción de la democracia en España, se ha transformado en un partido con vocación aún más minoritaria de lo que siempre ha sido. No me reconozco en ese discurso sectario con el PSOE, ese izquierdismo de propuestas irrealizables (y lo saben) y en esa imagen absolutamente personalista de su candidato que, más allá de la esforzadísima campaña que está realizando, en la práctica ha oscurecido a toda una organización (ante la pasividad de sus órganos de dirección, todo hay que decirlo).

En cualquier caso espero que el conjunto de la izquierda logre unos resultados suficientes para que puedan crear una alternativa de gobierno progresista, que garantice un cambio profundo en nuestro país y una política solidaria en la salida de la crisis. Estamos a tiempo de conseguirlo y ello requiere que tod@s vayamos a votar el día 20, aunque tengamos nuestras dudas y desconfianzas.


    

lunes, 14 de diciembre de 2015

CONTRA EL CAMBIO CLIMATICO: TRAS EL ACUERDO DE PARIS, AHORA NOS TOCA A NOSOTR@S


Pocas veces se ha logrado un acuerdo mundial tan amplio como el conseguido en Paris contra el cambio climático. Su importancia no se basa solo en esa casi absoluta unanimidad internacional, sino también en la superación de los precedentes fallidos, que hacían temer que la Cumbre de Paris se quedaría en una mera declaración de buenas intenciones.

Es muy posible que a mucha gente les parezca un Acuerdo limitado, insuficiente para los grandes y urgentes retos que habría que abordar. Sin embargo poner de acuerdo en unos objetivos comunes básicos a naciones con intereses tan contradictorios como China, Estados Unidos, los países emergentes o en desarrollo del Tercer Mundo o la Unión Europea, ha sido una tarea compleja y muy difícil, máxime si tenemos en cuenta que hasta hace muy poco la mayoría de los gobiernos de los países mas contaminantes no tenían el menor interés en avanzar en la lucha contra el cambio climático.

Por ello merece la pena resaltar el papel de Barak Obama, que a pesar de tener una mayoría en el Congreso y en el Senado hostil o desinteresada con el cambio climático, ha apostado de manera decidida por el compromiso con la preservación del medio ambiente; demostrando, una vez mas, la gran diferencia entre tener en la Casa Blanca a un presidente como él en lugar de la dinastía Bush y de algunos timoratos demócratas como Clinton.

El Acuerdo de Paris tiene más valor si cabe, dado el muy limitado nivel de movilización social que hay en el conjunto de los estados del planeta. Los movimientos ecologistas, los partidos verdes, organizaciones como Greenpeace, etc.  son lamentablemente una minoría, circunscrita casi a los estados del centro y norte de Europa y poco más. En el Parlamento Europeo, los Verdes en su doble composición más centrista y más progresista no llegan a 100 diputados de los 751.

El ejemplo de nuestro país es bien elocuente. Tras 38 años de democracia, los Verdes no han tenido presencia en las Cortes españolas, salvo de manera testimonial a través de “Iniciativa per Catalunya-Verds” y “Compromis-Equo”. Es verdad que en España, al igual que en otros muchos países, hoy día el conjunto de las fuerzas progresistas, incluidos los sindicatos, han asumido muchos de los valores y objetivos ecologistas y de defensa del medio ambiente, lo que quizás no convierta en una necesidad tan perentoria la configuración de partidos verdes, como sucedió en el centro y norte de Europa hace 3 o 4 décadas. También es cierto que en nuestro país la ciudadanía poco a poco va interiorizando comportamientos cada mas respetuosos con objetivos de preservación medio ambiental, pero aun y así la lucha contra el cambio climático sigue siendo muy minoritaria entre nosotros, como quedó de relieve en las manifestaciones, mas bien modestas, que recorrieron nuestras ciudades hace unas semanas.

Los gobiernos han dado un paso muy importante, aunque sujeto a interrogantes en la intensidad y velocidad de su puntual cumplimiento. Ahora nos toca a tod@s nosotr@s movilizarnos en nuestros países y a nivel internacional.

Hay serios riesgos de que las elecciones en Estados Unidos o el perceptible giro a la derecha en países de Europa y no digamos en America del Sur, unido a las presiones de los poderosos intereses mercantiles de la industria contaminante, de las multinacionales del petróleo o las proveedoras de la energía contaminante,  consigan una ralentización del cumplimiento de los Acuerdos de Paris.

Tendremos que apoyar a organizaciones que trabajan incansablemente por la defensa del medio ambiente, como Greenpeace y desde luego exigir al nuevo gobierno que salga de las urnas el 20-D, un plan concreto y claro de cumplimiento del Acuerdo de Paris.


Insisto, ahora nos toca a tod@s nosotr@s mantener viva y activa la lucha contra el cambio climático.

jueves, 3 de diciembre de 2015

LA LEGISLATURA DE "LOS REPARTOS"


Estamos ya en plena campaña electoral. Desde muchos ámbitos se nos insiste en la importancia de las elecciones del 20-D. Es bien cierto y la razón es muy evidente. En la próxima legislatura, dure lo que dure, se van a tener que tomar decisiones claves para el futuro de nuestro país, y que yo resumiría en que esta va a ser la legislatura de “los repartos”.

Estamos saliendo de la crisis en la que se han tomando medidas que han alterado las bases de nuestro sistema económico, social y fiscal. El modelo constitucional aprobado por una  inmensísima mayoría en 1978 necesita reformas y actualizaciones para adecuarlo a las nuevas realidades nacionales e internacionales de hoy. Los cambios demográficos, los procesos migratorios, hacia fuera y hacia dentro, requieren afrontar nuevos retos. Y los cambios tecnológicos, los ya producidos, los inmediatos y los que vendrán próximamente, conllevan nuevas formas de aprendizaje, de consumo, de relaciones, de comunicaciones, en definitiva de hábitos de vida, que, entre otras cosas, exigen una adecuada regulación.

Junto a esos profundos, diversos y numerosos cambios, y muy vinculada con ellos, la otra característica de nuestra sociedad postcrisis es el incremento de la desigualdad en cuestiones tan diversas y fundamentales como la desigualdad en el trabajo, en la educación, en la salud, en la  vivienda;  desigualdades en la renta, en los niveles de vida, en los esfuerzos fiscales, en el acceso a las nuevas tecnologías; desigualdades territoriales y entre el ámbito urbano y el rural; y por supuesto la sempiterna desigualdad de hombres y mujeres.

Si vemos esa estrecha relación entre el factor cambio y el factor desigualdad, se refuerza esa idea que antes señalaba de la “legislatura de los repartos”.

El primer reparto tiene que ver con el acceso y las condiciones de trabajo. Más y mejor empleo en un país con exceso de jornadas sin fin  (que dicho sea de paso requeriría una intensa racionalización de los horarios de trabajo), con trabajos precarios, sueldos elevadísimos y salarios de miseria. En el que derogar la reforma laboral, recuperar el protagonismo de los convenios colectivos y fortalecer el papel de los sindicatos son medidas imprescindibles.

El reparto de la educación, para que la universalidad vaya aparejada a la calidad, desde los 0 años hasta la formación profesional y universitaria, de forma que pueda alcanzarse el viejo objetivo socialdemócrata de la igualdad de oportunidades, lo que requiere un mayor protagonismo y más medios para la enseñanza pública y una renovación a fondo de los programas y las metodologías educativas, profundizando y actualizando el camino iniciado por la LOGSE.

El reparto territorial, que tiene varios componentes, partiendo de una nueva redistribución de competencias y por tanto de financiación entre las tres administraciones públicas. Ello exige un reequilibrio que potencie las posibilidades de la administración local hoy relegadas y maltratadas; una nueva vía de financiación autonómica, que conjugue la solidaridad con el reconocimiento del principio de ordinalidad de la contribución de ingresos de cada territorio. El objetivo es conseguir que España este cohesionada socialmente y que la igualdad de derechos y deberes sea real, se viva donde se viva.

Un mejor reparto de las cargas fiscales, entre los diversos impuestos directos e indirectos, entre los impuestos al trabajo y las cargas de las empresas, profesionales y autónomos; la recuperación y mejor tratamiento de los impuestos al patrimonio y a los bienes de alto lujo; la aplicación de impuestos ligados a las actividades contaminantes o de elevada utilización de la energía. De forma que en base a una progresividad razonable, se haga realidad el principio democrático que quien más tenga más contribuya, sin caer en demagogias de tinte confiscatorio o que fomenten la deslocalización, la fuga de capitales o la “compra” de actuaciones contaminantes.

El reparto de los apoyos a los sectores productivos, priorizando las actividades con mas empleo estable, de calidad y no deslocalizable, con mayor valor añadido, con más proyección de futuro, con mejor  capacidad competitiva y de exportación, con  sostenibilidad energética;  o el fomento del crecimiento del tamaño y actividad de las pequeñas empresas. Todo ello requiere trazar una política industrial  a largo plazo, de la que hoy carecemos, un papel impulsor de la iniciativa pública y dar clara prioridad a la inversión en I+D+I. Es decir acabar, o al menos reducir sustancialmente, el capitalismo de casino, de privilegios, de prácticas monopolistas, del fraude, la economía irregular o la información privilegiada. 

Un reparto generacional algo más adecuado en las políticas sociales, hoy muy desequilibrado en las prestaciones y servicios y por tanto gastos, hacia las personas mayores, en detrimento de las políticas de apoyo a la infancia, a los jóvenes. El incremento y sobre todo la optimización del gasto social en los próximos años deben contribuir a la recuperación de la natalidad y de una mejor formación de los jóvenes. También el reparto más equilibrado en el acceso a los servicios públicos  y a las nuevas tecnologías de los casi 8 mil pequeños municipios de nuestro país.
   
Por supuesto el nuevo gobierno tendrá que influir activamente, con ideas claras, decisión y energía  en el reparto de poder político, económico y fiscal en el ámbito de la Unión Europea, en las reformas que se van a abordar en los próximos años.

Y por ultimo, pero decisivo, avanzar más y más deprisa en el reparto de los derechos y deberes de hombres y mujeres, en la educación, en el empleo, en la prestación de cuidados y en las tareas domesticas, en el acceso a las responsabilidades profesionales, empresariales y políticas.

Ante este panorama, surge inevitablemente la pregunta ¿Qué partido o coalición de partidos pueden afrontar mejor y más de acuerdo con los intereses de la mayoría de la población, estos decisivos retos de repartición de derechos y deberes? No soy de los que creen que Ciudadanos es un peligro, prefiero mil veces ese centro derecha al PP, pero no creo que su alianza, más o menos explicita, con el PP y ni siquiera con el PSOE sea la solución. Necesitamos una coalición de la izquierda, hoy tan fragmentada horizontal y verticalmente, con el PSOE, PODEMOS, e IU.

A mí ya se me van aclarando algo más las ideas. Es verdad que no hay “opciones mirlo blanco”, pero tampoco hay que ser masoquistas y como hay que mojarse, ya diré antes de la jornada de reflexión a quien voy a votar,



jueves, 26 de noviembre de 2015

ANTE EL TERRORISMO ISLAMISTA: MAS MIEDO, MENOS DEMOCRACIA


Es lógico que  los ataques del terrorismo islamista, brutales, indiscriminados y que por tanto pueden alcanzar a cualquiera, generen un profundo sentimiento de miedo e inseguridad. Más aun cuando se producen y repiten en los mas diversos lugares. La respuesta  normal de la ciudadanía se puede resumir en “acabar con esto, cuanto antes y como sea”.

Por ello podemos comprender las reacciones iniciales de Hollande y hasta del Primer Ministro de Bélgica. Pero los gobernantes y sí además tienen un perfil progresista como es el caso del Presidente de Francia, no puede perder la serenidad y una visión meditada de cómo afrontar un desafío tan profundo y complejo como este.

Pero según transcurren los días, da la impresión de que la espiral emocional, iniciada la noche de los brutales atentados, no tiene visos de dar paso al diseño de una estrategia democrática, inteligente, contundente y eficaz, y que desde luego tenga en cuenta los numerosos errores cometidos por las potencias occidentales en África y Asia desde el final de la Segunda Guerra Mundial,  muy en especial en los países de tradición musulmana.

Las promesas de reformar la Constitución Francesa para introducir significativos recortes de derechos civiles, aunque ya veremos en que quedan, es de una ceguera enorme, en un país, que no lo olvidemos, hoy lo gobierna la izquierda, pero que mañana puede volver a gobernar Sakorzy e incluso Marie Le Pen. Y una reforma restrictiva de la constitución que inicialmente  se utiliza para perseguir el terrorismo islamista, en un futuro se puede usar para perseguir a otros sectores sociales, desde huelguistas, okupas, sindicalistas, pacifistas, activistas medioambientales o en general a enemigos políticos.

Y no solo es cuestión de los riesgos que entrañan medidas de restricción de derechos, que nacen como excepcionales y temporales y luego no hay quien las derogue. Es que además son ineficaces.

Francia debería recordar a este respecto que los Paracaidistas del General Massu que tomaron al asalto Argel en su lucha contra lo que consideraban el terrorismo del FLN y generaron una brutal represión, con la complicidad o al menos el silencio de buena parte de la sociedad francesa e incluso de amplios sectores de la izquierda, aplazó unos meses el proceso de liberación de Argelia pero al final fue imparable. Y lo mismo se puede decir de la actuación brutalmente colonialista de Francia en Indochina en los años 50, que terminó con su estrepitosa derrota en Dien Bien Phu.

Por supuesto el terrorismo islamista no tiene nada que ver con el FLN ni con el Viet Minh. Pero fueron claros ejemplos de que las medidas excepcionales de reducción de los derechos democráticos o respuestas básicamente militares, a medio plazo no suelen dar resultados y menos aun con gentes del perfil fanático, irregular, disperso, camuflado, que caracteriza a los terroristas del ISIS.     

Por no mencionar  que una restricción de derechos constitucionales en Francia seria una perfecta coartada para todos esos gobiernos de extrema derecha, más o menos explicita, que desde Polonia a Hungría, pasando por casi todos los Estados del Este de Europa, están propugnado políticas de mano dura frente a minorías étnicas, religiosas, a la diversidad sexual o a los  emigrantes, etc. Con que cara la Unión Europea va a criticar a Orban en Hungría o a Putin por sus actitudes antidemocráticas, si un país referencia de la democracia como Francia aprueba recortes de derechos civiles.

Y tan grave como esas intenciones de endurecimiento legislativo, es la vuelta al siglo XIX que esta protagonizando Hollande en las relaciones internacionales. Si de algo habían servido dos guerras mundiales primero y después la superación de la política de bloques de la guerra fría, era para instaurar ámbitos de actuación comunes como la ONU y sus Agencias Internacionales y en otro orden de cosas la Unión Europea, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo.

Pues no, ahora Hollande vuelve a la nefasta política de las Alianzas unilaterales, bilaterales o multilaterales que tanto contribuyeron a desencadenar las grandes guerras del siglo XIX y del XX. Hollande no acude a la Asamblea de la ONU, al Consejo de Seguridad y menos aun al Parlamento Europeo, a proponer una estrategia compartida frente al desafío terrorista. Visita a Presidentes y Jefes de Gobierno de países que considera que puedan ser sus aliados en las ofensivas militares, a los que presiona en términos casi emocionales, ¿Cómo no nos vais a apoyar con lo que nos ha sucedido y nos puede suceder? Ninguna mención al derecho internacional, a las instituciones mundiales o continentales.

Flaco favor le esta haciendo Hollande a la ONU, que si ya aportaba poco a la paz, el progreso y la libertad mundial,  a partir de ahora, si se consolida esta estrategia de las Alianzas bilaterales,  se puede dar por finiquitada. Y en esa dinámica, algunos de los Estados responsables en buena medida de lo que esta sucediendo, como Israel o las dictaduras petrolíferas,  no tienen porque preocuparse; nadie les va a llamar al orden.

En ese camino iniciado por Hollande, se desarrolla la política vacilante y errática de nuestro país, asumida por el PP, el PSOE y Ciudadanos, con la inteligente posición critica pero responsable de Podemos,   que si no fuera un asunto muy serio y dramático, recordaría a aquella inigualable película de los Hermanos Marx, “Sopa de Ganso”.

El problema de fondo es que frente a ese miedo que el terrorismo ha extendido por los países europeos, hay gobiernos que parece que ante todo buscan el titular y la imagen mediática para tranquilizar e incluso recuperar popularidad, en lugar de explicar a la ciudadanía que la lucha contra este terrorismo va a ser larga, difícil, multidireccional.

Que luego no nos sorprenda si se acentúa la sensible derechización de la sociedad europea. Los terroristas por un lado y la improvisación y el cortoplacismo de algunos gobiernos por otro, lo están favoreciendo. No sería la primera vez que de la combinación de los miedos (a la crisis económica, de las instituciones políticas y de la seguridad) salgamos por la derecha en lugar de un cambio progresista.



sábado, 21 de noviembre de 2015

BOB DYLAN TIRA LA CASA POR LA VENTANA


Ni en mis mejores sueños adolescentes, cuando esperaba que en España se publicara el single de Bob Dylan “Like a Rolling stone”, imaginé que un día, 50 años después, iba a tener ocasión de disfrutar con nada menos que 20 versiones de esta emblemática y maravillosa canción, una detrás de otra, la totalidad de las mismas tal y como las escucharon y disfrutaron en los estudios de la discográfica Columbia Records, los músicos, técnicos, productores y amigos de Bob que asistieron a su grabación.

Dylan solo vive para su música y es sin duda el artista que más ha exprimido sus grabaciones, poniendo a disposición del público, y muy en especial de sus fieles seguidores una colección de discos, “The Bootleg Series”, en las que se han ido recogiendo numerosas grabaciones de la década de los 60 no incluidas en su discografía oficial, incluyendo conciertos que circulaban en pésimas ediciones piratas, versiones diferentes o canciones nunca interpretadas por él. Ahora se acaba de publicar el número 12 de la colección con el título “The Cutting Edge”. 

Se puede decir que en esta ocasión Dylan ha tirado la casa por la venta y a sus seguidores con ella. Nunca se ha visto, y es difícil que se vuelva a ver, la oferta de las sesiones completas de grabación de tres discos que en progresivo ascenso cambiaron la trayectoria de la música juvenil en el siglo XX: ”Bringing it all back home”, “Highway 61 Revisited” y “Blonde on Blonde”, que ahora se presentan en un box con nada menos que 18 cds.

Si Dylan ha tirado la casa por la ventana, su discográfica, hoy “Sony”, ha hecho una apuesta asombrosa con esa edición, que cuesta en torno a 600 euros, de la que solo se han prensado 5.000 ejemplares (no sabemos si después harán más), que solo se pueden adquirir en la pagina web de Dylan.

Pero Dylan y Sony son “compasivos” y han puesto a la venta una selección de 6 cds titulada “Deluxe Edition”, que cuesta en torno a 125 euros y una tercera oferta titulada “The Best of Bootleg Series n.12”, que es tan solo un cd doble.

Muchos se preguntaran ¿merece la pena tal exceso? ¿O es una mera operación comercial para sacar dinero al personal, algo a lo que nos tiene muy acostumbrados la industria discográfica? Mi respuesta es afirmativa a las dos preguntas. Pero insisto, sin duda merece la pena, y aunque reconozco que desde los 16 años soy un fanático de Dylan, haciendo un esfuerzo de rigor critico y tras haberlo escuchado, resumo mi impresión en que es “fascinante”.  Incluso las 24, sí 24, versiones seguidas de “Sooner or later, one of us must know”.

La explicación es bastante sencilla. Dylan alcanzó la cumbre de su creatividad y de su capacidad revolucionaria, tanto en lo que se refiere a la música como a la letra, en los citados tres lps grabados en apenas 14 meses, entre enero de 1965 y marzo de 1966, que por cierto dejaron sin aliento a The Beatles, igualmente en plena cima de su arte en aquellos mismos momentos. Pero además Dylan en estos tres discos se rodeó de algunos de los mejor músicos de la historia del folk rock y del country rock, de los que solo citare (porque la lista es amplia) a Al Kooper, a Michael Bloomfield y a los que muy pronto formando el grupo “The Band” se convertirían en uno de los conjuntos punteros del nuevo folkrock norteamericano y precursores de lo que después se ha llamado estilo “Americana”.

Con esos formidables acompañantes todas las versiones resultan magnificas, un sonido potente, brillante, y además cada versión tiene su diversidad, ya sabemos lo que le gusta a Dylan recrear continuamente sus canciones. Es cierto  que hay tomas incompletas, versiones exclusivamente instrumentales,  hay interrupciones, comentarios, insertos de melodías navideñas y hasta toses  y risas. Pero la calidad en ningún momento decae y el sonido es magnifico. 

Y por supuesto hay canciones no incluidas en aquellos  tres discos, aunque hubieran aparecido en diversas versiones en otros cds de anteriores entregas de la colección “The Bootleg Series”.

Este box de 18 cds con 379 canciones, resulta fascinante por su contenido en sí  y porque es un documento cultural de primer orden el poder conocer el proceso de elaboración sucesiva de lo que muchos consideran la música popular más innovadora del siglo XX y es muy posible que cuando en un futuro se quiera profundizar en lo que supuso la irrupción y evolución del rock, se acudirá a la escucha de estos 18 cds, como testimonio impagable.

Después de este impresionante “tour de force”, no sabemos lo que nos deparara Dylan, que con más de 74 años sigue en plena actividad, pero “The Cutting Edge”, podría ser un magnifico broche de oro para una trayectoria inigualable.





miércoles, 18 de noviembre de 2015

RECORDANDO A MIGUEL ZUAZU


El miércoles de ceniza de 1969, hacia las 12 de la mañana toqué el timbre del local que la organización FECUM (dependiente de los Jesuitas) tenía en la calle Zorrilla de Madrid. Nunca había estado allí.

Dos días antes, a la salida del Cine Capitol (no recuerdo que película vimos), varios de los miembros de la Plataforma de Estudiantes de 3º de Derecho de la Complutense estuvimos pensando donde podíamos reunirnos tranquilamente, dado que la Facultad estaba cerrada por causa del Estado de Excepción que se había proclamado tras el asesinato de Enrique Ruano. Nacho Montejo se comprometió a gestionar el local de Fecum, aprovechando las buenas relaciones que tenía con ellos.

“Pasa, pasa” me dijo un tipo de unos treinta y tantos años, “que te estábamos esperando”. En el vestíbulo se encontraban ya unos cuantos compañeros. Por sus caras y su silencio y por la pinta de unos cuantos adultos que pululaban por allí, rápidamente comprendí que nos había pillado la Brigada Político Social. En poco tiempo nos juntamos Anabela Silva, Nacho Montejo, Javier García Fernández (Panfle), José Luis Herce, Julio Martínez Loro, Enrique Pages, Manuel Gómez (“Manolo Fes”), Miguel Zuazu y yo. La Plataforma, una especie de estructura del ilegal Sindicato Democrático de Estudiantes, en total éramos 10. Faltaba uno, José María González, el confidente soplón que tras delatarnos desapareció para siempre de la Facultad.

Nos llevaron a la Dirección General de Seguridad, donde por cierto nos interrogó Billy el Niño, aun no tan famoso como lo fue después. En pleno Estado de Excepción no estaba vigente el límite de 72 horas de detención incomunicada y nos tuvieron 7 u 8 días a ver que podían sacarnos. Mas tarde nos trasladaron a la cárcel de Carabanchel y a Anabela, no se si a Ventas o a Yeserias. Estuvimos mes y medio, hasta el levantamiento del Estado de Excepción.

Nos proceso nada menos que la Jurisdicción Militar, aunque a los pocos meses se inhibieron a favor del Tribunal de Orden Público. En el juicio nos defendieron Paquita Sauquillo y Gregorio Peces Barba. Fuimos absueltos, la prueba fundamental, el soplón, no se presentó.

De aquellas intensas vivencias, de ese sumario compartido, nació una estrecha amistad que se ha mantenido hasta hoy.

Casi 50 años después, todos seguimos en la misma orilla, pensando lo mismo, no sucumbimos al “lado oscuro” del ejercicio del Derecho, eso sí somos algo mas moderados que a los 20 años. La única, pero gran diferencia es que ya no somos 9, sino 6. José Luis murió el primero, hace bastantes años. Nacho en el verano del 2014 y en estos últimos días, Miguel.

Miguel era simpático y risueño, un guapetón mozo navarro, rubio, con abundante y rizado pelo, que gustaba mucho a las chicas. Lourdes, la amiga más roja de mi hermana Elisa, estaba prendada de él y las dos se hacían las encontradizas, pero, que sepamos, no hubo manera, porque en el fondo, al menos en aquellos tiempos, y aunque pareciera todo lo contrario, Miguelón era tímido. Éramos un grupo políticamente variopinto, desde luego a la izquierda del PCE. Miguel era una mezcla de acratón y trotskista. Era buen comedor y bebedor y sobre todo una persona cariñosa.

Años después se fue a vivir y trabajar a la Argentina. Tardamos mucho tiempo en volver a vernos. Cuando regresó a España, Nacho y Anabela organizaron varias comidas donde volvimos a vernos. Poco a poco en  la cara de Miguel se fue  reflejando el cansancio de los duros años en el campo argentino y la aparición de la enfermedad. Aun y así conservaba su sentido del humor y bromeaba con sus austeros  hábitos de  comida y bebida a los que veía obligado. Estaba animado, como casi todos los demás, con el 15-M, las Mareas y la irrupción de PODEMOS.

Aunque existía el riesgo, ninguno imaginamos la muerte de Miguel, a pesar de que después de la inesperada pérdida de Nacho todo era posible. Anabela nos va a reunir pronto a los 6 para recordarle, pero en estos días tremendos que estamos viviendo, no era justo no encontrar un hueco para hablar de mi amigo y compañero Miguel Zuazu.

 (En la foto, tomada por Nacho en el otoño del 2011, Miguel es el que esta más a la derecha y con pantalón vaquero. Julio no pudo venir a esa comida).


domingo, 15 de noviembre de 2015

TERRORISMO ISLAMISTA, MENOS HABLAR DE GUERRA Y MAS DE SOLUCIONES POLITICAS


Hoy las portadas de los periódicos españoles son casi todas iguales: “Guerra al Estado Islámico”. ¿Ya nos hemos olvidado a donde condujeron las intervenciones militares en Irak y Afganistán, tras las masacres de las Torres gemelas de New York?

Para desgracia de las sociedades democráticas, la lucha contra el terrorismo islamista es un camino mucho más largo y complejo, que no se resuelve ni con una nueva intervención militar a sumar a las ya realizadas, ni con cierre de fronteras y menos aun atizando la xenofobia.  

El problema de la violencia islamista es que esta mucho más cerca de una guerra “liquida” o “difusa” que de un activismo terrorista clásico (de raíces ultranacionalistas o de extremismo político) y sobre todo que sus integrantes están distribuidos y camuflados por todo el mundo, gozan de amplios y variados apoyos, unos mas explícitos que otros, no tienen un ámbito territorial definido y responden a causas muy profundas y de largo recorrido.

Para empezar no podemos olvidar las hondas raíces que la violencia tiene en la lectura y aplicación  más fanática del Islam, en la carencia de una evolución democrática del mismo, que no ha tenido, o al menos no han prevalecido o no les han dejado, los procesos de modernización que tuvo la civilización europea con la Ilustración del  siglo XVIII, las revoluciones burguesas en el XIX o los cambios socioeconómicos propiciados por la   socialdemocracia en el siglo XX. Esas transformaciones han ido incidiendo en las raíces católicas y protestantes occidentales, que al igual que el Islam también arrastra una historia de oscurantismo, fanatismo y violencia, de forma que hoy el extremismo político y las prácticas violentas con fundamentos religiosos sean afortunadamente muy minoritarios en nuestras sociedades.

Esa carencia, salvo excepciones, de democratización del Islam, es solo una parte del problema, aunque en absoluto menor. Pero a ello se suman una larga acumulación de decisiones militares, políticas y económicas de los estados de Occidente, empezando por la arbitraria desmembración del imperio otomano después de la primera guerra mundial, creando estados artificiales, sosteniendo dictaduras que facilitaban la presencia y explotación de los recursos petrolíferos por parte de poderosas multinacionales y a la vez reprimían los movimientos de liberación de carácter progresista.  A ello se añadió el apoyo incondicional a la creación del Estado de Israel y la absoluta permisividad con su política agresiva,  en especial a partir de la Guerra de los Seis Días y la anexión violenta de territorios palestinos.

En paralelo se han sucedido todo tipo de actuaciones para barrer los intentos de modernización política protagonizados desde los años 50 del siglo XX por gobiernos de corte nacionalista, moderadamente neutralistas (en los años de guerra fría), con objetivos de progreso social  y de tintes laicos, en Egipto, Irán, Siria, Irak, Afganistán, Libia, Líbano, Argelia o Indonesia, que aunque no fueran un modelo de democracia, sí estaban a años luz del oscurantismo feudal de las dictaduras “aliadas” de Occidente, facilitadoras del negocio del petróleo.

Son más de 60 años generando caos político, miseria económica, humillación social, ausencia de futuro. Un perfecto caldo de cultivo para el terrorismo.

No se trata, de ninguna forma, de exculpar o “comprender” las dinámicas de organización del terrorismo islamista, pero sí de conocer donde hunden sus raíces, porque esa será la única forma de a medio plazo ir reduciendo su extensión y su fuerza de atracción.

Democracia política, progreso económico, cohesión social, fin de las practicas neocoloniales y de las intervenciones militares y reconocimiento del Estado Palestino con la vuelta a las fronteras de 1967, son las vías para ir poco a poco superando los odios acumulados, la falta de perspectivas de progreso y dignidad. Por supuesto en ese camino sería fundamental que el Islam conociera procesos de “aggiornamento” similares al que vivió el catolicismo con Juan XXIII y el Concilio Vaticano II.

No hay otra vía realista y esta llevara su tiempo, esperemos que pocas décadas.

Las perspectivas no son halagüeñas, porque la manipulación del terrible dolor causado por el terrorismo o en el mejor de los casos los argumentos simplistas, generan reacciones xenófobas, cierre de fronteras y de mentalidades, gobiernos más a la derecha, rechazo de la inmigración y desconfianza hacia las minorías étnicas o religiosas ya presentes en nuestros países. Es muy posible que ese giro a la derecha lo veamos entre nosotros el próximo 20 de diciembre.


Así que menos hablar de “guerras”, que llevamos desde hace 60 años comprobando que solo sirven para empeorar las cosas y más hablar de soluciones políticas, económicas y sociales, que desde luego no son incompatibles con una eficaz  persecución policial y una contundente aplicación de la ley.

lunes, 9 de noviembre de 2015

LOS FICHAJES Y LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE PODEMOS



Siempre me cayó bien el general Julio Rodríguez, ahora aún me cae mejor. Javier Pérez Royo, en la crisis de “los renovadores” del PCE estuvimos en posiciones enfrentadas, pero durante muchos años sus artículos y declaraciones me han parecido rigurosos y bien fundamentados desde concepciones progresistas. José Manuel Gómez Benítez, fue un líder comunista, carismático y muy valiente, en la Facultad de Derecho cuando yo estudiaba y su posterior trayectoria política y profesional ha estado siempre alineada con actitudes de izquierda. No conozco a la jueza Victoria Rosell, exportavoz de Jueces para la Democracia, pero esa responsabilidad la hace merecedora de respeto. Son cuatro de los brillantes “fichajes” de la dirección de Podemos.

Resultan sorprendentes las críticas que han recibido por ello, sobre todo en el caso del general Rodríguez. No veo fácil que llegue a ser Ministro de Defensa, pero en mi opinión seguro que sería mucho mejor que la mayoría de los que hemos tenido, desde Federico Trillo, por cierto comandante jurídico, hasta José Bono, pasando por el actual Pedro Morenes. Muchos consideran que los altos responsables del Ejercito son patrimonio del conservadurismo, olvidando la larga e importante serie de militares progresistas en nuestro siglo XIX o los que se mantuvieron leales a la Segunda Republica el 18 de julio de 1936, bastantes de ellos pagándolo con su vida, la cárcel o el exilio. Así que ha sido un gran acierto su inclusión en las listas de Podemos, como bien refleja el cabreo, explicito o soterrado,  que ello ha despertado.

Estas magnificas candidaturas honran a los que han dado el paso, complicándose la vida en un momento, no lo olvidemos, en que Podemos esta en descenso y a quienes les han propuesto. Pero mas allá del profundo significado político que ello tiene, merece la pena resaltar la acelerada evolución política de la dirección de Podemos, que les está generando evidentes problemas entre sus seguidores mas radicalizados o mas rígidos.

Podemos, (al igual que en el ámbito del centro Albert Rivera y Ciudadanos), esta demostrando una agilidad política que contrasta con las actitudes y posiciones acartonadas de buena parte de las fuerzas políticas de nuestro país.

Ya he indicado a menudo las divergencias que tengo con Podemos y muy en especial en su actitud ante la transición, ante los Sindicatos de clase  y ante IU y por su negativa a impulsar candidaturas unitarias, pero he de reconocer que ahora, cuando más se esta poniendo de moda en la izquierda meterse con ellos, cada vez tengo mas puntos de coincidencia en esa evolución hacia los mejores valores de la socialdemocracia e incluso del eurocomunismo y sobre todo hacia posiciones de izquierda moderna, moderada y con sentido común.

Creo que Pablo Iglesias tiene aun muchos tics prepotentes (que en cambio ha limado bastante Iñigo Errejon), que en su programa conviven de forma contradictoria propuestas radicales con poco fundamento y propuestas de cambio muy razonables y zonas de amplia ambigüedad, aunque es evidente que están haciendo serios esfuerzos por dar credibilidad y coherencia a sus iniciativas.

Lo he comentado en otras ocasiones, no es nada fácil esa evolución de la dirección de Podemos, con serios riesgos de perder influencia en los sectores mas alternativos del 15-M y sin ganar suficiente presencia en el centro-izquierda desilusionado con los socialistas, lo que puede reflejarse en esa caída de intención de voto. Como no es fácil conjugar decisiones organizativas, más propias de los tradicionales usos de los partidos de toda la vida, con la aplicación de nuevas practicas de máxima participación.

En definitiva el de Podemos es un proceso muy complejo y a la vez muy esperanzador y sería bueno que tuvieran una fuerte presencia en las nuevas Cortes Generales, igual que sería imprescindible la presencia de IU. Tantas y tan importantes movilizaciones sociales de los últimos años deben tener como colofón un fuerte apoyo electoral a quienes mejor representan la voluntad de cambio político y avance social.

Los citados cuatro futuros diputados seguro que realizan un excelente trabajo en la próxima legislatura, del que nos vamos a beneficiar todas las personas con mentalidad progresista de nuestro país.    


sábado, 7 de noviembre de 2015

LAS CALLES DE MADRID SE TIÑERON DE MORADO


Hoy han aparecido en la gran manifestación "casi" todos los dirigentes políticos. Están cerca las elecciones y no querían faltar en una convocatoria que afecta directa y dramaticamente al 52% de la población de nuestro país. ¡Que no se les olvide dentro de unos meses, cuando tengan que rehacer los presupuestos del año 2016! ¡Que reparen los graves recortes  de los últimos años en programas de prevención de la violencia machista y de atención a las mujeres victimas!. ¡Que no se les olvide cuando haya que afrontar nuevas medidas legales en el ámbito educativo, de la salud, de los servicios sociales y de los derechos laborales para terminar de una vez con la violencia y la discriminación de genero! Hoy muchas decenas de miles de mujeres y también hombres han llenado las calles de Madrid, seguro que no va a ser en balde. 

jueves, 5 de noviembre de 2015

¿CUÁNTOS VIEJOS MÁS TIENEN QUE MORIR DRAMÁTICAMENTE EN UNA RESIDENCIA?



Aplastados por el conflicto político en Cataluña y todas sus graves consecuencias, hay otras cosas que están sucediendo que no podemos minusvalorar. Una de ellas ha ocurrido precisamente en Agramunt (Lérida), con la muerte de cuatro ancianas en una residencia cuya planta semisótano en la que se encontraban fue inundada por el desbordamiento de un río cercano. No hubiera estado mal que la Presidenta del Parlament de Cataluña hubiera acudido a Agramunt y que los partidos que tienen tantísimas urgencia para lograr la independencia se preocuparan de pedir una investigación al gobierno de la Generalitat y una comparecencia de los responsables políticos. Pero ya se sabe que los viejos con alzhéimer no votan o votan por ellos, así que ni caso.

El pasado mes de julio fue el incendio en otra residencia de Zaragoza la que se cobró 8 ancianos abrasados. ¿Dónde será el próximo accidente? ¿Cuántos viejos morirán? Alguien podrá pensar que estoy haciendo demagogia, que son decenas de miles las personas que viven en residencias y miles las residencias existentes en nuestro país y que afortunadamente no suele pasar nada. Y es cierto, pero ello no impide la indignación ante hechos que se podían evitar.

A finales de los años 90, con la enorme eclosión de centros residenciales por toda España, eran noticia una semana sí y otra también, sucesos dramáticos en residencias, muchas de ellas en la piratería o rozando la piratería. El trabajo de los sindicatos, de algunas ONGs de mayores e incluso de las propias patronales del sector, fue limitando y reduciendo los casos y condiciones de las residencias piratas y poco a poco dejaron de ser noticia frecuente las muertes de ancianos y ancianas.

Pero los recortes en servicios sociales y muy en especial la muy escasa financiación del Sistema de Atención a la Dependencia, explican que lo sucedido en Zaragoza en julio y en Agramunt esta semana, no sea una desgracia inevitable.

Las residencias con personas gravemente dependientes tienen que tener unas condiciones arquitectónicas, de equipamiento y mobiliario y de personal, adecuadas a las condiciones del perfil de los residentes. Tanto en Zaragoza como en Agramunt da la impresión de que no se reunían esas condiciones y desde luego no había suficiente dotación de personal por la noche, lo que en el caso de Agramunt obligó a pedir ayuda a una persona que pasaba por la calle y hasta el propio alcalde se tuvo que meter en el semisótano inundado para intentar rescatar a los ancianos, por cierto un lugar poco adecuado para tener un dormitorio.

No me hartare de decirlo, las residencias de personas asistidas en sí no pueden ser un negocio, ni siquiera ser rentables, salvo casos muy excepcionales o aquellas que forman parte de una cadena de centros que puedan aprovechar economía de escala o las de algunas Ordenes Religiosas en las que el componente solidario reduce  costes de personal.

Hacer negocio con una residencia privada de personas dependientes solo es posible a costa de escasa, inadecuada y mal pagada plantilla, de hacinamiento, de pocas actividades, de insuficientes cuidados, higiene y alimentación y de obsoletos equipamientos. Puede haber alguna excepción, pero desgraciadamente la regla es la inadecuación. Eso lo saben, todos, todos, todos, los responsables políticos del sector de los servicios sociales (salvo que no hayan pisado en su vida una residencia privada); todos, todos, todos los inspectores, técnicos, gestores públicos y lo que aun es peor, todos, todos, todos, los familiares que se hayan molestado en ir periódicamente a ver a sus ancianos residentes.

Mientras el gasto en dependencia no sea una prioridad social y no supere el 0’5% del PIB y los Servicios Sociales sean la pariente pobrísima de nuestro Estado de Bienestar Social, mientras los poderes públicos deleguen en el sector privado la responsabilidad del cuidado de las personas dependientes, sin ejercer el adecuado y permanente control de calidad, seguiremos encontrándonos con tragedias como la ocurrida ahora en Agramunt.

 Esperemos que en la próxima legislatura se establezca una suficiente financiación al Sistema de Dependencia, que permita en el futuro que situaciones como las vividas en Zaragoza y Lérida no se puedan repetir.


sábado, 31 de octubre de 2015

JAZZ Y FOTOGRAFIA EN EL CIRCULO DE BELLAS ARTES



La fotografía, ¡en blanco y negro por supuesto!, ha tenido desde los años 20 del siglo pasado una potente fuente de inspiración en los músicos de jazz. Tiempo después, los lps de la década de los 50 y 60 incluían en sus portadas y contraportadas formidables fotografías que los convertían en autenticas obras de arte y ello sin hablar de la maravillosa música que contenían. 

Ese encuentro entre el jazz y la fotografía ha quedado reflejado en libros y catálogos que de vez en cuando tenemos la ocasión de encontrar en librerías e incluso en los Vips. Ahora el Circulo de Bellas Artes de Madrid presenta una fantástica exposición de fotografías y también de acuarelas. Desde los iniciales conjuntos de King Oliver y Louis Armstrong hasta Miles Davis y Chet Baker (cuando aun  no había sido arrasado por la droga) pasando por John Coltrane (con unas expresiones impactantes), Billie Holiday, Thelonius Monk, Gerry Mulligan, Lester Young, Coleman Hawkins, Duke Ellington.....No están todos los que fueron, pero todos los que están fueron figuras decisivas en el jazz de la mitad del siglo XX. La exposición esta organizada por instrumentistas, piano, saxo, trompetas, contrabajo, batería, por interpretes vocales; hay además fotos de solistas y conjuntos, de locales y barrios donde surgió y se interpretaba el jazz, de gente bailando....Las fotos muestran la concentración, el esfuerzo, pero también la alegría y la diversión de los músicos. 

Una exposición recomendable al máximo para todos las personas  amantes del jazz, de la música, de la fotografía. Solo hay una pega, por razones inexplicables el contenido de cada foto no esta al lado de la foto sino agrupadas en bloques, lo que resulta realmente incomodo para ir siguiéndolas. Pero bueno, como le decían a Jack Lemmon al final de "Con faldas y a lo loco", "Nadie es perfecto".

Ah! y después de ver la exposición, podéis subir a la terraza del Circulo a disfrutar unas maravillosas vistas de Madrid tomando una cerveza.

jueves, 29 de octubre de 2015

QUERER LA UNIDAD DE ESPAÑA, LUCHAR POR LA UNIDAD Y LA COHESION SOCIAL

Ahora casi todos se proclaman defensores de la unidad de España. Muy bien. Pero como dice el refrán "obras son amores y no buenas razones". Hace diez años los independentistas se situaban en torno al 20% de la población de Cataluña. De su crecimiento exponencial algunos tienen claras responsabilidades, por sus torpezas políticas cuando estaban en la oposición y su parálisis suicida cuando han estado gobernando en estos últimos años. La derecha no ha sido capaz de defender la unidad de España, todo lo contrario,  los hechos son elocuentes al respecto. Trabajar por la unidad y la cohesión social de España no es llenarse la boca de frases altisonantes o tocar arrebato cuando crece el tsunami. Es tener voluntad política  para sentarse a escuchar, a hablar y a negociar; para buscar medidas concretas que lo mas seguro es que no habrían satisfecho a los sectores mas radicalizados, pero que hubieran podido reconducir la situación para que sus apoyos hubieran regresado al 20% o menos. Ahora todo es mas difícil. Menos mal que Rajoy no esta por la labor de precipitarse en adoptar medidas drásticas, pero eso no es suficiente. Tiene que mandar, con el apoyo del arco parlamentario, una propuesta de dialogo institucional, de reforma parcial de la Constitución. El tiempo va muy deprisa y no se puede esperar mucho más. Sabiendo que acertar en la distensión en Cataluña puede ser muy útil para evitar que en los próximo meses se abra otro conflicto en el País Vasco.La izquierda debería abanderar la defensa de la unidad libremente asumida de los pueblos de España y también, no lo olvidemos, de su cohesión y progreso social, con propuestas claras, como las que han apuntado el PSOE e incluso con mas timidez PODEMOS. 

miércoles, 21 de octubre de 2015

CRECIMIENTO ECONOMICO Y REDISTRIBUCION SOCIAL: UNA FALSA DISYUNTIVA




El, por muchas razones, interesante y oportuno debate entre Albert Rivera y Pablo Iglesias en la 6ª, trató uno de los temas centrales en la divergencia entre las posiciones tradicionalmente socialdemócratas y las liberales: la relación entre crecimiento económico y redistribución social. Fue una lastima que Iglesias se encerrara en cuestiones genéricas y no supiera rebatir los argumentos liberales de Rivera, expuestos con apabullante seguridad.

Es cierto que la miseria no da pie para redistribuir. Y también es verdad que quedarse en la mera redistribución de lo existente sin crecimiento económico, se parece mucho a ese dicho de “pan para hoy y hambre para mañana”. Pero esa es solo una parte y muy interesada y sesgada de la cuestión.  Y para no caer en generalidades, vayamos a la experiencia de nuestro propio país.

En el periodo 1995 a 2007, tras una corta crisis económica en los tres años anteriores, España tuvo un impresionante y sostenido crecimiento económico. Cuando a principios de los años 90, los sindicatos y un sector de la izquierda planteábamos al gobierno del PSOE que aumentara la protección al desempleo, que asumiera los salarios sociales, que reconociera la atención a la dependencia o que ampliara la enseñanza obligatoria, la respuesta siempre fue la misma: en ese momento  no era oportuno ampliar el Estado de Bienestar sino favorecer el crecimiento económico y la salida de la crisis y después ya tendríamos ocasión del aumento del gasto social y de la redistribución.

Pues bien, llegó el crecimiento, un año, otro, otro y así hasta doce. Y nunca se veía el momento de ampliar el gasto social y mejorar la redistribución. Nunca había suficiente crecimiento. Lo dijeron los gobiernos de Aznar y el primero de Rodríguez Zapatero, siempre bajo la atenta mirada del correspondiente Gobernador del Banco de España.

Las consecuencias fueron muy claras: la desigualdad siguió creciendo en España; el riesgo de pobreza apenas se redujo y cientos de miles de familias siguieron en una situación de pobreza cronificada, transmitida de generación en generación; se relajó la política fiscal porque había ingresos procedentes del boom de la construcción; se retrasó y retrasó la aprobación del sistema de dependencia y cuando por fin entró en vigor, coincidió con el inicio de la nueva crisis, lo que conllevó una infradotación de medios presupuestarios, lastrando gravemente su desarrollo; tampoco se mejoró la cobertura del desempleo ni los salarios sociales, ni se garantizó la enseñanza publica de 0 a 3 años y encima aumentaron las diferencias entre unos territorios y otros de nuestro país.

Con una nueva crisis encima volvieron a decirnos que primero salir de la crisis y crecer y luego ya mejoraríamos la redistribución y mientras tanto cada día se incrementa más la desigualdad.

Así las cosas, estimado Albert Rivera, ¿cuándo tocará la redistribución? Como decía aquella expresión genial de la revista de humor en la transición, Hermano Lobo, “al año que viene si Dios quiere”.

Sabemos de sobra que combinar crecimiento económico y redistribución social no es fácil, pero en absoluto es imposible. Hay que evitar fugas de capitales, medidas desincentivadoras de la inversión, hacer una política fiscal razonablemente progresiva y disponiendo de medios adecuados para perseguir el fraude, seleccionar bien las prioridades de gasto social, ganar amplios aliados políticos y sociales, etc. Lo hicieron en el pasado y lo siguen haciendo, aunque con menor intensidad, países del Norte y Centro de Europa, con resultados satisfactorios tanto para el crecimiento como para la reducción de la desigualdad. Mas aún, esos estados que históricamente han combinado crecimiento y redistribución, son los que mejor han aguantado los efectos de la crisis.

Pondría un ejemplo casero, de alcance limitado, pero sin duda significativo. El programa de Turismo Social para las personas mayores del IMSERSO, que a finales de los años 80 puso en marcha el gobierno del PSOE a instancias de sus ministros socialdemócratas. El programa era y es una combinación de gasto público, cooperación con el sector empresarial y copago muy subvencionado de los usuarios.

Los resultados han sido magníficos. Creación y mantenimiento de decenas de miles de puestos de trabajo en el sector turístico en temporada baja; consolidación e impulso de numerosas iniciativas  relacionadas con el turismo en zonas con escasa actividad durante la mayor parte del año; bienestar para los millones de mayores que han participado en estos casi 30 años en el programa, muchos de los cuales jamás habían visto el mar, salido de su comarca, montado en un avión, ni se habían planteado remotamente hacer turismo; mayores que a su vez movilizaron sus ahorros inactivos para disfrutar de esa etapa de la vida. Todo ello por no hablar de otros efectos de cohesión social en las relaciones entre mayores de los distintos territorios de España o de la influencia en la mejora del estado de salud.

Además este programa de la Administración General del Estado ha tenido un impresionante efecto contagio en la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas y en muchos Ayuntamientos. La conclusión es evidente: la inversión pública en gasto social ha impulsado el crecimiento y la redistribución social, ha beneficiado a empresas, a trabajadores y a jubilados. En los años 90 se repitió la experiencia con el Programa de Termalismo Social también con excelentes resultados, aunque lógicamente a menor escala.

Hay que decir que los sindicatos en su inicio fuimos muy reticentes a estos programas, desconfiando de su utilización electoral (que por supuesto ha habido y hay), pero enseguida vimos sus enormes posibilidades y hoy somos grandes defensores.

Insisto, es un ejemplo concreto, limitado, pero que refleja la enorme interacción que puede haber entre el impulso al crecimiento económico como efecto de un gasto publico bien elegido y utilizado y la generación de solidaridad entre clases sociales, generaciones  y territorios.


Así que olvidemos de una vez ese falso escenario de primero crecer y luego redistribuir. Eso sí, hay que tener voluntad, decisión e inteligencia política para compatibilizar ambos objetivos.