Más vale tarde que nunca. Por fin los
socialistas cuentan con un nuevo equipo
de dirección con el que afrontar los retos que tiene ese partido para conseguir, junto con otras
organizaciones de izquierda, un cambio de progreso en los pueblos y ciudades, en
las Comunidades Autónomas y en España.
Quienes quieran buscar pegas al actual proceso
de renovación del PSOE seguro que las encuentran y no pequeñas. Pero ya no es
el momento de seguir criticándoles, sino de esperar que las cosas les vayan mejor,
porque los demás tampoco estamos para tirar cohetes.
Pedro Sánchez ha hecho una “limpia” en
profundidad de la anterior dirección y de todo lo que sonara a equipo de
Zapatero. Quizás puede parecer algo excesiva, al prescindir de dirigentes
valiosos y experimentados, pero era inevitable si se quería ahorrar las
cantinelas de la herencia recibida de la que tanto ha abusado el PP, sensación
que estaba ya muy arraigada en la opinión pública de
nuestro país. Ha rejuvenecido a fondo la Comisión Ejecutiva ,
en la que, además, hay mas mujeres que
hombres.
Conozco a una parte del nuevo equipo de dirección,
están suavemente a la izquierda de lo que han sido los anteriores responsables;
por su edad la mayoría no tienen
experiencia de gobierno, pero tienen una buena formación. Tengo confianza en el
responsable de Economía, Manuel de la
Rocha (hijo) y en Mary Luz Rodríguez, la responsable de Empleo, ligada en el pasado
a CCOO. Como también es un acierto la recuperación de Pedro Zerolo o la
designación de Micaela Navarro como Presidenta del PSOE. Al igual que Pedro Sánchez,
no son radicales, son socialdemócratas puestos al día, pero no están vinculados
a los círculos del poder económico como lo estuvieron algunos de sus
antecesores.
Pedro Sánchez ha dejado claro, muy
claro, que el modelo de gran coalición con el PP, como defendían por lo bajines
conocidos e influyentes dirigentes socialistas, esta absolutamente descartado.
Por tanto el camino es conseguir amplias coaliciones sociales desde el centro
hasta la llamada izquierda transformadora.
La nueva dirección no lo va a tener fácil.
Deberá trabajar mirando hacia su izquierda, para trazar vínculos y relaciones
con IU e incluso con Podemos y desde luego con los nuevos movimientos sociales
y “las mareas”. Sin duda les va a costar bastante recuperar la confianza de
quienes se sitúan a su izquierda, pero es imprescindible para logar nuevas mayorías
de gobiernos progresistas.
Y a la vez tendrán que ganar el apoyo de
los sectores centristas de las clases medias, que les abandonaron profundamente
decepcionados ante los incumplimientos programáticos, la corrupción o la falta
de transparencia. Respaldo de las clases medias sin el cual resultara inviable
desplazar al PP de sus numerosos ámbitos de poder.
El segundo mensaje esperanzador de Sánchez
es el de que va a estar poco en la sede de Ferraz y mucho en contacto con la ciudadanía.
Recuperar los mas de cuatro millones de votos perdidos, exige que la gente de
la calle deje de identificar a los dirigentes y políticos socialistas como integrantes de “la casta”,
ese pernicioso pero eficaz mensaje difundido por Pablo Iglesias y su equipo de
Podemos. Pegarse a los problemas y demandas de la ciudadanía y explicar con
claridad y sinceridad las propuestas socialistas, sin caer por otra parte en
demagogias, falsas promesas o cuentos chinos,
es la garantía de la recuperación.
No me hago grandes ilusiones. El PSOE,
en cuanto vuelva a ser opción que nuclee una alternativa de gobierno al PP,
empezara a sufrir constantes demandas de
los diversos poderes fácticos no democráticos, para que no se salga de la
vereda que ellos quieran marcarle. Ya hemos asistido en el pasado a la
frustración de esperanzas de cambio o de las promesas hechas de que “no iban a decepcionar”. El PSOE es un
partido muy amplio, complejo y diverso,
muy permeable a las presiones nacionales
e internacionales y a “los consejos” de sus antiguos dirigentes. Quizás lo
nuevo en relación a sus crisis del pasado, es que en esta última han estado tan cerca, cerca, del abismo
irreversible, que esperemos que hayan
podido aprender la lección.
Por tanto no soy iluso, pero quiero
tener confianza en ellos, entre otras razones por mera supervivencia. La
izquierda solo podrá vencer en las urnas al PP contando con un papel decisivo,
aunque por supuesto no excluyente, de los socialistas. Si por fin el PSOE sale
adelante y se recupera, IU, Podemos, Equo, las diversas izquierdas diseminadas
por España, los sindicatos, los movimientos sociales, tendremos una clara
perspectiva de cambio compartido mediante amplias alianzas, de lo contrario
tendremos derecha por al menos otra legislatura, con los difícilmente
reversibles destrozos sociales, económicos y cívicos que ello provocaría.