miércoles, 31 de diciembre de 2014
martes, 30 de diciembre de 2014
lunes, 29 de diciembre de 2014
domingo, 28 de diciembre de 2014
sábado, 27 de diciembre de 2014
viernes, 26 de diciembre de 2014
BALADA PARA UN LOCO (Amelita Baltar) (Interrumpo por un dia la edicion de musica navideña, porque acaba de morir Horacio Ferrer, gran compositor de letras de "tangos innovadores". Junto con el genial Astor Piazolla compuso esta maravillosa "Balada para un loco", que interpreta una gran cantante argentina. Esta cancion la conoci en 1969 gracias al programa Caravana-Vuelo 605 de Angel Alvarez)
jueves, 25 de diciembre de 2014
miércoles, 24 de diciembre de 2014
lunes, 22 de diciembre de 2014
¡JUBILADO! : "GRACIAS AL TRABAJO QUE ME HA DADO TANTO"
Hoy me he jubilado. Parafraseando a Violeta Parra, “gracias al trabajo que me ha dado tanto” y es el momento de recordar y dar las gracias a tantas y tantas personas con las que he tenido la suerte de trabajar a lo largo de más de 43 años.
A finales de 1971, una vez regresado del
campamento militar de la Unidad Rápida de Intervención de la Infantería de Marina
en Cartagena, me instalé de “okupa” en el despacho laboralista de Lola González
Ruiz y Javier Sauquillo en la c./ General Oráa. Su generosidad, amistad y compañerismo me permitieron quedarme como
aprendiz, sin que ellos tuvieran todavía suficiente trabajo para darme, aun y así
me pagaban algo, además de invitarme a las cañas a la salida del despacho por
las noches. Mi primer juicio en Magistratura del Trabajo fue la reclamación de
un plus contra RENFE, defendiendo al entrañable Agustín “el feo”.
La decisión de hacerme laboralista fue
inducida por Manuela Carmena, que en el mes de junio de ese año nos reunió a
los militantes y simpatizantes del PCE de 5º curso de Derecho, que éramos muy
poquitos, para contarnos lo que era el laboralismo y pedirnos que nuestra opción
profesional fuera esa. Salí plenamente convencido, descartando las oposiciones
a Inspector de Trabajo, como quería mi padre.
La suerte de entrar en el despacho de
General Oráa se multiplicó, ya que al poco tiempo se inició la negociación con
los compañeros del despacho de Modesto Lafuente para fusionarse y crear un
superdespacho laboralista. Lola y Javier me metieron en el paquete de su despacho
junto con Julia Marchena, lo que nunca agradeceré lo suficiente y Jesús García
Varela, Cristina Almeida, Tomas Duplá y Javier Roldán, lo aceptaron sin poner
pegas.
Así que con 22 años y medio me encontré
trabajando, como uno más, en el más importante e innovador despacho laboralista
de Madrid y el segundo de España (tras el de Montserrat Avilés y Alberto Fina
de Barcelona).
Fueron cinco años intensos. Estuve aprendiendo junto a Cristina que me ponía las pilas todos los días. En Españoleto 13, además de los compañeros citados, tuve la oportunidad de trabajar desde el principio con Nacho Salorio y Luis Ramos, que ya han fallecido y después con Nacho Montejo, también fallecido. Y no puedo dejar de recordar y agradecer el apoyo de María Antonia, Emilia, Amparo, Jacinta y Guillermo.
Fueron cinco años intensos. Estuve aprendiendo junto a Cristina que me ponía las pilas todos los días. En Españoleto 13, además de los compañeros citados, tuve la oportunidad de trabajar desde el principio con Nacho Salorio y Luis Ramos, que ya han fallecido y después con Nacho Montejo, también fallecido. Y no puedo dejar de recordar y agradecer el apoyo de María Antonia, Emilia, Amparo, Jacinta y Guillermo.
Ejerciendo de laboralista tuve, además,
la inmensa suerte de conocer a Elena, despedida en la huelga de Standard,
juicio que llevamos, entre otros, varios
abogados de Españoleto. Nos fuimos a vivir juntos unos meses después y nos
casamos en marzo de 1975. De película de amor: el abogado y la trabajadora despedida.
La experiencia en Españoleto da por lo
menos para un libro. Las huelgas y juicios colectivos (SKF, Induyco, Potasas de
Navarra, FASA de Valladolid, Standard, Marconi…), los juicios en el Tribunal de
Orden Público, las visitas a cárceles, las reuniones de célula o con otros
despachos hasta las tantas de la noche, las visitas a Barcelona a aprender
de Montserrat y Alberto, de Luis
Salvadores y José Solé Barbera. Y sin olvidar la larga y poderosa movilización
de los actores, a los que me tocó asesorar, tras dejar el despacho Jesús. Teníamos
enfrente a Rosón, después Ministro del Interior; entonces conocí a la
inolvidable Julia Peña, líder y cerebro gris de la lucha, además de encantadora
y guapísima, a Gerardo Malla y Amparo
Valle, a Amparo Climent, a Juan Diego... Lo único malo es que las reuniones
eran a partir de las 12 y media de la noche, cuando terminaban las funciones y podían
durar hasta las 5 de la mañana, no recuerdo haber dormido menos en mi vida que
en aquellos largos meses.
En los primeros meses de 1977 Julián
Ariza, que era responsable de las relaciones de la dirección estatal de CCOO
con los despachos laboralistas, me sondeó la posibilidad de irme a trabajar en
la perspectiva de la próxima legalización del sindicato y junto con Nicolás
Sartorius me pidió que les echara una mano en propuestas que estaban preparando:
Estatutos para la legalización, una ley de regulación de los sindicatos, la amnistía
laboral, la adaptación del Estatuto de los Trabajadores de Italia…
Una vez legalizada CCOO, Julián me volvió
a insistir. Yo estaba muy desequilibrado anímicamente tras la matanza de Atocha
y agotado por el inmenso volumen de trabajo que tenía, la mayoría de los días
con 5 y más juicios, saliendo tardísimo por las noches y los fines de semana
preparando demandas. Le dije que sí.
El 1 de julio de 1977 entré a trabajar
en la sede confederal de la c/ Batalla
del Salado, en la que todavía se estaban poniendo las moquetas, los teléfonos,
pintando paredes…Mi amigo el economista Antonio Gallifa y yo, con el apoyo de
Rosa, formamos el Gabinete Técnico de la recién nacida Confederación. No teníamos
nada de material, pero sí una enorme ilusión, en mi caso acrecentada porque a
las pocas semanas nació Javier, mi primer hijo.
El trabajo aquellos años en CCOO fue
tremendo pero fascinante. Gallifa y yo
bajo la dirección de Nicolás participamos en todos los procesos de
negociación de la transición, incluidos los Pactos de la Moncloa. También tuve
la oportunidad de conocer gente formidable al otro lado de la mesa, desmontándome
algunas de las ideas esquemáticas que arrastraba desde mis primeros años de
militancia. No puedo olvidar el gran impacto que me causó Abril Martorell en
las muchas reuniones en las que estuve con él o las actividades con Antonio
Garrigues Walker en la Asociación para el Progreso de la dirección (APD). En
esos tiempos, lo que es la vida, mis colegas en UGT eran Joaquín Almunia,
Manolo Chaves y Jerónimo Saavedra; años mas tarde mi padre me diría a menudo
que esos sí que habían sido listos y se habían colocado bien, comentario algo
injusto porque los tres, diferencias ideológicas aparte, eran gente mas
preparada que yo.
Después del primer Congreso de CCOO me
situaron de adjunto de Marcelino Camacho. Fueron tiempos complicados, en los
que, entre otras cosas, asistía a las reuniones del Secretariado y de la Comisión
Ejecutiva para hacer el acta. No era tarea fácil y reconozco que a veces salía
muy tocado por las fuertes tensiones existentes, que no se percibían fuera y a
las que yo no estaba acostumbrado. Coincidió también con la crisis del PCE, el
fuerte distanciamiento de Marcelino de Carrillo
y mi alineamiento con este. Afortunadamente tras el segundo Congreso, me recolocaron como adjunto
de Nicolás en la Secretaría de Política Institucional, con el que trabajé muy a
gusto, a pesar de que hice un informe valorando positivamente el Estatuto de los Trabajadores, lo que no cayó muy bien en algunos ámbitos del sindicato.
Cuando Nico dejo CCOO, asumió su
responsabilidad Julián Ariza, con el que en esos años había estrechado una gran
amistad, además de ser compañeros de fatigas en el equipo de Santiago Carrillo.
Casi todas las mañanas desayunábamos juntos, Enedina Álvarez, Julián y yo y a
veces Félix Pérez; y con frecuencia comíamos con Adolfo Piñedo.
Enedina, Julián y yo formamos un equipo
humano-político, en constante ebullición intelectual, en el que yo aprendí muchísimo
y por supuesto también nos equivocamos a veces y en el que Enedina fue
decisiva.
En esos años trabajando en la Secretaría de Política
Institucional, junto con Montse Franco y Blas Agüera fuimos montando la
participación en la Seguridad Social. Blas, un gran profesional y una divertida
persona, fue fundamental para enseñarme
los recovecos del nuevo Sistema Nacional de Salud y algo mucho más importante,
como comportarnos en la función de representantes del sindicato en las
Instituciones del Estado, donde tan
importante, o más que criticar o controlar, era ser capaces de presentar
propuestas y alternativas serias y rigurosas. Montse fue compañera y gran amiga
y junto con Jordi Llorens compatibilizamos la militancia sindical con las
cervezas en los locales de la movida, sobre todo en el “Ras” de Chueca y en el “Rockola”.
Mi adscripción al carrillismo en lo político
y al equipo de Julián en lo sindical, me situaron en uno de los lados del sindicato
y cuando “perdimos” el Congreso de relevo de Marcelino, podía haberme supuesto consecuencias
negativas.
José María Fidalgo fue nombrado nuevo
responsable de Institucional. Cuando el debate y elaboración de la Ley General
de Sanidad, 1984-85, habíamos recorrido
juntos casi toda España participando en numerosos actos del sindicato sobre la
defensa de la Sanidad Pública. Nos habíamos compenetrado muy bien y lo único
que no superaba era los largos viajes en tren en los que no paraba de hablar, sobre
todo por las noches en los coches-cama sin dejarme dormir.
José María nos reunió a Montse
y a mí en la cafetería “Kon-tiki”, una tarde tras una reunión en el
Ministerio de Trabajo y nos dejó claro que tenía la máxima confianza en
nosotros y que nos consideraba su equipo; para demostrarlo a los pocos días me
mandó a París a una reunión sindical internacional. Estuve seis años con Fidalgo
y solo tengo palabras de reconocimiento
por lo bien que trabajé con él. Por razones de salud Montse se marchó y vino
Blanca Villate con la que enseguida me entendí estupendamente y los dos compartíamos
la misma visión del trabajo
institucional.
Aquellos seis años, aparte de claros
avances en la participación institucional, contando con el apoyo en el otro
lado de la mesa de Adolfo Jiménez, Secretario General de la Seguridad Social,
fueron tiempos de numerosas y complejas negociaciones con los gobiernos
socialistas, en los que no siempre compartí las posiciones oficiales del
sindicato, entonces bastante influido y presionado por la UGT de Nicolás Redondo, José María
Zufiaur y Apolinar. Pero sobre todo para mí fueron los años en que descubrí la Unión
Europea y todo lo que representaba. Los viajes a Bruselas y alguno a París, me
impactaron a fondo y percibí que se estaba generando una nueva realidad de la
que nosotros no éramos nada conscientes.
Un día de octubre de 1992, Matilde Fernández
me citó en el Ministerio de Asuntos Sociales. La conocía desde que era Ministra
y yo representaba a CCOO en la Comisión
Ejecutiva y en Consejo General del INSERSO y unos meses atrás habíamos hablado
con tranquilidad con motivo de un viaje a Mallorca a la clausura del Programa de
Vacaciones para la Tercera Edad. Me figuraba que Matilde quería conocer la
opinión de CCOO sobre alguna iniciativa del Ministerio. Me dejó de piedra
cuando me preguntó si aceptaría ser Director General del INSERSO, le dije que
yo era de Izquierda Unida, aunque mantenía posiciones unitarias como buen
seguidor de Carrillo. No le importaba, confiaba en mí y apostaba por la unidad
sindical. Quedamos en que se lo preguntaría a mis responsables en el Sindicato
y sobre todo a mi mujer.
Fidalgo y también Antonio Gutiérrez me
animaron a dar ese paso; aunque antes de aceptar fui a ver a Marcos Peña, del
que me fiaba mucho, en aquel entonces segundo del Ministerio de Sanidad con
Pepe Griñán y me aconsejó que no lo dudara y que si no me iba con Matilde,
ellos me cogerian para su Ministerio.
Los casi ocho años en el INSERSO/IMSERSO
fueron la etapa de mi madurez profesional. Donde tanto trabajé, tanto aprendí,
tanto sufrí y tanto disfruté. Un mundo absolutamente nuevo, en el que mi primera metedura de pata fue hacer un viaje
de trabajo a Salamanca a reunirme con todos los Directores Provinciales sin
haber avisado previamente al Gobernador Civil, que se cogió un buen rebote por
eso y por las declaraciones que hice a la prensa local por mi cuenta. Pero aprendí
rápido, que remedio. No desconectaba ni
fines de semana ni en vacaciones, cuando cada dos por tres venía al pueblo un conductor
del Instituto cargado de portafirmas y papeles para leer.
No me hubiera sido posible aguantar sin
el apoyo político y los consejos de Matilde. Y por supuesto la ayuda de las
decenas de excelentes profesionales que con gran entusiasmo y compromiso trabajaban
allí. Por citar a tres, Encarna Blanco, Jesús Norberto Fernández y Cristina Rodríguez.
Pero el camino de un sindicalista por
una administración pública que manejaba más de 500.000 millones de pesetas al
año y tenía más de 14.000 trabajadores, no hubiera sido posible sin el estímulo
crítico de mis propios compañeros de CCOO del INSERSO y en especial, Jesús,
Miguel Ángel y Carlos, que me sacudían con todo cariño, pero me traían el pulso
de lo que querían y pensaban los trabajadores. Y sobre todo la persona clave en
esos años para poder nadar en las aguas procelosas de la administración fue
Blanca García, exigente, crítica, estimulante, sincera, divertida y con ningún afán
de protagonismo. Sin olvidar a Ana, María Luisa y Rosita que me aguantaron lo
indecible, sobre todo los viernes a las 2 de la tarde cuando el trabajo parecía
no tener fin y a Manolo, Máximo, Serafín, los conductores a los que traía locos
con tantos viajes y reuniones.
En ese periodo negocié las
transferencias a 10 Comunidades Autónomas. Fue un trabajo agotador y de enorme tensión
política y profesional, pero tuve la
gran satisfacción de que años después un alto cargo del gobierno socialista me
dijera que habían sido unas negociaciones modélicas y que ojala hubiera cundido
el ejemplo. Con Matilde tenía amplia sintonía política, que se mantiene 20 años después; fue un desastre para las políticas sociales que Felipe González la cesara.
En marzo de 1996 cuando el PP ganó las
elecciones, Cristina Alberdi, que me mantuvo en el puesto incluso en
momentos muy complicados, lo que agradezco mucho, nos pidió a todo su equipo que
preparásemos amplios dossieres de estado de situación de la gestión. Con un
enorme fajo de papeles me fui a despachar con Amalia Gómez, nueva Secretaria
General de Asuntos Sociales. Amalia agradeció la información y me pidió que
siguiera. No daba crédito. Le propuse continuar hasta antes del verano, cuando
ella hubiera aterrizado y pudiera disponer tranquilamente de repuesto. Me dijo
que ya veríamos. Lo cierto es que enseguida encajamos de maravilla. Y también
con Javier Arenas, inteligente, brillante y de gran simpatía.
Tras cada reunión semanal del Consejo de
dirección del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales le preguntaba al
Ministro que cuando me iba a relevar. Javier me decía, ¿tú estas a gusto?, le respondía
que sí, y me contestaba que él también conmigo. Es evidente que en esa actitud influía
mucho el guiño que Arenas dirigía a
CCOO, en unos tiempos en que el nuevo gobierno quería llevarse bien con
nosotros.
Mi “cohabitación” con el PP fue interesantísima
desde muchos puntos de vista. Vamos, para escribir otro libro. Algunos en el
PSOE, bastantes en la UGT del INSERSO no lo entendieron. Curiosamente ni en IU
ni en CCOO tuvieron pegas, o no me las dijeron.
Trabajar con Amalia era un aventura
espacial, sabías mas o menos a que hora empezaban las reuniones, pero nunca a
que hora podían terminar, lo que suponía a veces cenar pizzas a las doce de la
noche o en su despacho o el Vips de López de Hoyos. El grupo humano de su
equipo de dirección era muy variopinto, pero trabajábamos bien y encima nos reíamos
mucho. Amalia disfrutaba cuando la acompañaba a hacer gestiones con altos
cargos del PP de la Administración del Estado, de las Autonomías o de Ayuntamientos
y me presentaba: “Este es mi director General del INSERSO, es comunista, pero
buena persona”. Los viajes con ella, salvo los de avión que nos daban mucho
miedo, eran deliciosos y no parábamos de hablar de todo lo divino y humano.
Fueron también años vertiginosos, muy
marcados por la irrupción de la inmigración y la necesidad de dar respuesta a
las terribles condiciones de Ceuta y Melilla. Lo sacamos adelante. Amalia se
empleó a fondo y también Pimentel, cuando asumió el Ministerio y con el que humanamente
era estupendo trabajar. Por supuesto que no todos, ni mucho menos, en los
equipos de Arenas y Pimentel tenían ese talante. Pero he de reconocer que en
esos cuatro años de convivencia jamás tuve una presión política, salvo las
constantes peticiones de dinero o inversiones
del gobierno de CIU, que apoyaban y sobre todo chantajeaban desde fuera
al PP.
Cuando se marchó Pimentel y después
Amalia, yo ya no pintaba nada allí. El nuevo Ministro, Juan Carlos Aparicio, me
pidió que siguiera pero ya había otros aires en el Ministerio y en la
Secretaria de Asuntos Sociales.
La vuelta a CCOO me apetecía. Fidalgo
era el nuevo Secretario General y en ese momento había un buen clima en el sindicato. Los
primeros meses de “mi descompresión” fueron duros sicológicamente, acostumbrado
a la intensa gestión de los ocho años en una responsabilidad pública. El
trabajo con Salvador Bangueses fue magnifico en todos los sentidos. El
reencuentro, la colaboración y relación con Blanca Villate fue siempre fácil y
tengo mucho que agradecerla por su exquisito trato en los ocho años en que ella
representó a CCOO en la Comisión Ejecutiva y en el Consejo General del INSERSO,
fue muy capaz de compatibilizar su posición de crítica y exigencia, como no podía
ser de otra manera, con una actitud siempre constructiva y afable.
Esa fue la época de la movilización y después
la negociación de la Ley de Dependencia, donde no siempre me encontré
identificado con las posiciones que nuestra portavoz mantenía.
A finales del 2006 Salvador me propuso irme de Consejero al Consejo de Administración
de RTVE.
Casi cinco años de Consejero fue otra
experiencia inolvidable. Tuve la gran suerte de trabajar con Luis Fernández, el
mejor presidente de la historia de RTVE y a pesar de algunas discrepancias,
puedo decir con orgullo que he vivido los mejores años de la RTVE. Me ayudaron,
me estimularon y me sacudieron, por este orden, los compañeros y compañeras de
la sección sindical, exigentes donde los haya. Me apoyaron de manera muy
especial Marcel, Fernando Redondo y
Pilar, de los que aprendí mucho. Pero al final metí la pata por desconocimiento
de un tema muy técnico aunque con claras implicaciones profesionales; mis
compañeros de la sección sindical me pidieron la dimisión y lógicamente dimití
de inmediato. Algunos de los que la pidieron o se pusieron de perfil,
abandonaron poco después el sindicato tras haber perdido un congreso.
Cuando volví a la Confederación,
enseguida noté que mi tiempo había pasado. Ya no estaban ni Fidalgo ni
Bangueses y la mayoría de los dirigentes y de buena parte del personal eran de
otras generaciones. Cuando iba a actos del sindicato por ahí fuera me presentaban
como “un histórico”, me veía a mi mismo como un dinosaurio. Menos mal que tuve
a Olga a mi lado y gracias a las charlas, cafetitos y risas con ella, las cosas
resultaron mucho más soportables.
Pero la vida da sorpresas y Toxo, tras
el 10º Congreso, me propuso trabajar como adjunto suyo y a la vez colaborar con
la Secretaría de Carlos Bravo y ser miembro del Consejo Económico y Social. Ha sido un año y medio muy agradable y estimulante. He trabajado muy a gusto con
Ignacio, con Pepe Campos, de nuevo con Ariza, con Carlos Bravo y Fernando Lezcano y desde luego contando con el apoyo de Rocío, de Mary José y Elena y también de Blanca y Enrique.
Trabajar con Toxo al final de mi vida
profesional ha sido una gran suerte y satisfacción, que me ha hecho dudar mucho
a la hora de tomar la decisión de jubilarme. En todo caso seguro que podré
seguir colaborando de alguna forma en su ambicioso objetivo de renovar a fondo el sindicato.
Pero hay que jubilarse. Son 43 años de
trabajo, la vista con incipientes cataratas, la vena aorta con una holgura muy
justa, las manos y los tobillos con algo de artrosis. No hay que tentar la
suerte.
En este larguísimo post de
reconocimientos y agradecimientos, hay tres muy especiales. A mi mujer Elena, a
mis hijos Javier y Juan. Ellos se han
llevado la peor parte en mi agitada e intensa vida laboral. Los que han sufrido
mis notables carencias en la conciliación de la vida laboral y familiar. Las
llamadas por teléfono a deshora, el trabajo los fines de semana, las reuniones
hasta muy tarde, tantos viajes fuera y dentro de España, los cambios de
planes… y un largo etc. A pesar de todo me han aguantado y lo más importante, me
han querido.
Por último, no hubiera hecho lo que he
hecho, si mis padres no me hubieran llevado a un Colegio decente, no me
hubieran dado una educación abierta y tolerante, no me hubieran despertado
inquietudes sociales y no me hubieran respetado, al igual que a mis hermanas Elisa y Charo, con harto dolor de su corazón,
mis opciones políticas y profesionales, aunque ello les ocasionara sustos y
preocupaciones durante bastantes años.
jueves, 18 de diciembre de 2014
CUBA: UNA OPORTUNIDAD DE FUTURO
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas
entre Cuba y los Estados Unidos es un triunfo para la convivencia democrática
entre los países, que muchos llevábamos largos años esperando. Y para las
personas progresistas, más allá de sus simpatías mayores, menores o nulas con
el régimen político de Cuba, tiene que ser un motivo de alegría.
Durante mucho tiempo la finalización del
bloqueo comercial norteamericano a la isla ha sido una exigencia de la
izquierda y aunque explícitamente no se ha acordado el levantamiento, va de
suyo que este se va a producir y de hecho algo se había ido aligerando en los últimos
tiempos.
Por ello resultan sorprendentes algunas
reticencias o advertencias de personas de izquierdas sobre los peligros que a
partir de ahora va a sufrir Cuba con el desembarco pacifico de los Yankees y
sobre todo de sus empresas. ¿En que quedamos?
Da la impresión de que a algunos les gustaría
conservar Cuba en una hornacina de cristal, incorrupta como una virgen y santa,
para poder venerarla y eso sí que se joda la población cubana malviviendo. Tienen
miedo de que la revolución termine como China o Vietnam. Que el Tío Sam la
devore a golpe de Coca-Cola, películas de Hollywood y Burger King.
La izquierda solidaria con Cuba no
podemos cerrar los ojos a la evidencia. El régimen tal y como está configurado
es inviable política y económicamente. La ayuda económica de Venezuela o las
inversiones en condiciones amistosas de otros países no pueden ni mantenerse
indefinidamente ni sustituir el desarrollo económico propio de Cuba.
Y si económicamente el sistema tiene que
evolucionar profundamente, políticamente cada día es más difícil de justificar
ante unas nuevas generaciones que ya no sienten la misma identificación con la revolución
y quieren un sistema democrático.
La clave de la transición cubana es
compatibilizar el mantenimiento de los derechos y avances sociales y la
paulatina y medida implantación de una economía de mercado y a la vez ir
negociando con las fuerzas moderadas de la oposición un calendario de
instauración del pluralismo político. El modelo no tiene porque ser ni China,
ni Vietnam, ni los estados del Este de Europa, carcomidos por el neoliberalismo
más feroz. El modelo puede ser Uruguay o Nueva Zelanda y hasta en un horizonte
mas dilatado, las experiencias socialdemócratas del centro y norte de Europa
tras la segunda guerra mundial. No es inevitable ni la colonización
norteamericana ni la destrucción de las políticas sociales y los niveles de
igualdad. Además la nueva situación puede favorecer medidas de ayuda y de inversión
de la propia Unión Europea.
¿Que el proceso va a ser complejo
difícil? Es más que evidente, pero no hay otro camino.
Una ultima reflexión. Para quienes han
despreciado la figura de Obama y no digamos del Papa Francisco, tendrán que
admitir su positivo papel en la resolución del contencioso y para quienes
consideran que da lo mismo unos que otros, un Papa que otro, o un Presidente
norteamericano que otro, aquí tenemos la prueba. ¿Cuál habría sido la posición de Reagan y Juan
Pablo II? Lo sabemos de sobra, el intervencionismo descarado en Polonia, el
apoyo a Lech Walesa, lo hubieran querido para Cuba. Afortunadamente la actitud
del Papa Francisco y de Obama y el mayor pragmatismo de Raúl Castro, han
favorecido el dialogo y no la imposición.
Todo ello debe ser motivo de alegría y
esperanza para los demócratas y los progresistas.
lunes, 8 de diciembre de 2014
PODEMOS Y EL PSOE MAS CERCA: UNA BUENA NOTICIA
Parece que el panorama de la izquierda,
poco a poco y no sin contradicciones, se va aclarando. El evidente giro a la
izquierda de la dirección de Pedro Sánchez en el PSOE y la evolución hacia
posiciones mas moderadas de PODEMOS, posibilitan en teoría un acercamiento y
hasta un acuerdo de ambas organizaciones para un futuro. Pero vayamos por
partes.
Tras largo tiempo en que las direcciones
socialistas no se preocupaban mucho de los problemas de las clases
trabajadoras, en las ultimas semanas se están sucediendo iniciativas y
declaraciones que suponen un reencuentro con las aspiraciones de buena parte de
su base social a la que habían ido abandonando, cuando no perjudicado
directamente, La propuesta de derogación de la reforma laboral, de la
negociación y aprobación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores, la
iniciativa parlamentaria sobre la proliferación de las horas extraordinarias frente
a la creación de empleo o el compromiso de modificar a fondo la reforma del
art. 135 de la Constitución sobre el limite del déficit presupuestario, son
todas ellas ideas muy positivas.
Sí, es verdad que muchos desconfiarán, basándose
en experiencias de incumplimientos pasados. Habrá que ser en su día muy exigentes
con ellos, para que no se queden en el baúl de las promesas electorales. Pero
los socialistas han visto tan cerca el precipicio de la catástrofe, que quiero creer que esta vez van en serio.
En cuanto a PODEMOS, resulta muy hipócrita
el espectáculo que están dando no ya los medios, fuerzas políticas o instituciones
económicas de la derecha, que va de suyo, sino también quienes se consideran progresistas.
Antes alegaban, y con bastante razón, que sus propuestas eran imprecisas,
confusas, populistas o muy radicales. Ahora, cuando van concretando algo, moderando bastante y mostrando voluntad
negociadora con la sociedad civil, las organizaciones sociales, los agentes
sociales (hasta hace nada denostados) y las instituciones, etc. les siguen
poniendo a caldo o por no ser creíbles o por haberse pasado a la socialdemocracia
tradicional, provocado, según argumentan estos críticos feroces, por meros intereses electorales.
¿En que quedamos? ¿Preferimos un PODEMOS
radical a un PODEMOS que se acerca con contradicciones, pero de manera paulatina, a la socialdemocracia clásica?
No me entusiasman especialmente los dos
economistas que han diseñado las líneas básicas del programa economico de
PODEMOS, discrepo de ellos en numerosas e importantes cuestiones, pero han
tenido la gran virtud de llevar al equipo de Pablo Iglesias al terreno de la
compleja y diversa realidad de una economía desarrollada como la española en un
mundo globalizado. Solo por eso se merecen mi respeto y reconocimiento.
Por supuesto que una parte de las
propuestas, que me he leído, siguen siendo en muchos aspectos todavía excesivamente genéricas y en otros casos inviables. Pero ¿qué
creíamos? ¿qué iban a hacer el camino de Damasco o su Bad Godesberg o su XXVIII Congreso extraordinario (donde el
SPD alemán y el PSOE renunciaron al marxismo), en unas semanas? ¡Demasiado
trecho han recorrido en muy poco tiempo!
Habrá quien diga que el equipo de Pablo
Iglesias son una panda de oportunistas o que son gente sin principios. Prefiero
no descalificar y sí subrayar que ahora ya es posible identificar puntos de encuentro
con ellos, que una parte de sus propuestas podrían ser asumidas por el actual
PSOE y hasta dar lugar a un programa de gobierno más o menos compartido.
Por eso me parece un error de bulto que
todavía haya sectores del PSOE con el hacha de guerra levantada contra PODEMOS
o metiéndoles en el mismo saco que al PP. Me consta que no toda la dirección
socialista comparte ese equivocado mensaje de situar a PODEMOS en la extrema
izquierda.
Es lógico que el PSOE critique a fondo a
PODEMOS; es en estos momentos su mas directo competidor electoral y sería
incomprensible que no se desmarcaran de ellos, mas aún cuando la dirección de
PODEMOS sigue siendo implacable en sus ataques al PSOE y su inclusión en la
casta. ¡Claro que los socialistas deben poner en cuestión y desmontar las
contradicciones, ambigüedades y deseos irrealizables de PODEMOS!, pero desde el
debate político e ideológico, nunca desde la descalificación de brocha gorda.
Además no hay que “quemar las naves”. Si realmente queremos
cambiar los gobiernos de las derechas, en España, en las Comunidades Autónomas
y en las ciudades y pueblos, solo se podrá hacer contando con PODEMOS. Antes o después
habrá que sentarse con ellos a discutir programas de gobierno y cuantas menos
heridas haya de por medio, mejor que mejor.
Insisto: ya hay algunas bases de posible
acuerdo. Intentemos a través de la crítica constructiva, rigurosa, documentada,
científica, ir influyendo para que PODEMOS continúe su avance hacia posiciones
razonables de centro izquierda. Y eso sí, no pongamos solo la lupa en el
programa de PODEMOS, también los socialistas tienen mucho camino que recorrer
en el diseño de un programa ilusionante y movilizador, de claro contenido socialdemócrata
y ademas necesitan contar con unos candidatos, a todos los niveles, que sean creíbles
y serios.
Me he abstenido en esta reflexión de
cualquier alusión a la tercera pata de los necesarios pactos de gobiernos
progresistas: IU. No la he mencionado por dos razones. No
creo que vayan a ser un obstáculo a pactos de progreso (salvo en el improbable
caso de que triunfaran las nefastas tesis de sus dirigentes extremeños) y en
segundo lugar, esta organización, sumida en un notable trauma de identidad,
está también en pleno proceso de redefinición y todavía no sabemos muy bien por
donde van a decantarse las cosas. Tiempo habrá de comentarlo.
sábado, 6 de diciembre de 2014
miércoles, 3 de diciembre de 2014
"JIMMY´S HALL": GRAN PELICULA DE KEN LOACH
Ken Loach es un director de cine muy
politizado. Radicalmente de izquierdas. Algo bien conocido por cualquiera que
haya visto alguna de sus numerosas películas. Ahora con 77 años acaba de
estrenar su ultima obra, “Jimmy’s Hall”, sin duda una de las mas abiertamente
comprometidas con el pasado y desde luego con el presente.
Aunque casi todas sus películas me han
gustado, con la rotunda excepción de “Tierra y Libertad”, una tendenciosa
interpretación de nuestra guerra civil muy condicionada por una visión trotskista,
creo que “Jimmys Hall” es de lo mejor
que ha hecho en todos los aspectos: la historia, los interpretes, el guión, la fotografía,
la música. Es además una película “bonita”, aunque eso sí habrá bastante gente a la que no les guste
nada o muy poco, ya que Loach no se anda por las ramas y es directo y opta por
“los buenos” de manera inequívoca y sin concesiones a “los malos”.
Porque
es una película con claros rasgos épicos, situada en los primeros años
30 del siglo XX en un pueblo irlandés, donde se cruzan todas las
contradicciones posibles de un país que acaba de lograr la independencia frente
a al Imperio Británico. Independencia que no resolvió sus problemas
estructurales y que no sirvió para
cambiar las condiciones de vida de los campesinos y de los trabajadores mas
modestos. Las luchas y sacrificios que estos realizaron para echar a los
ingleses y la represión que sufrieron, a la postre fue rentabilizada por los
terratenientes y los ricos, con el apoyo de la nueva policía y el nuevo
ejercito, ahora irlandeses, y el activo respaldo, cuando no incitación, de la Iglesia Católica. A muchos nos sonara
esta letra y esta música, tan actuales.
Hay quien ha criticado la película por
considerarla maniquea. Efectivamente la película es en blanco y negro en el
retrato de personas y situaciones, no así
la fotografía de los preciosos paisajes irlandeses. Pero desgraciadamente
los hechos fueron los que fueron y han tenido que pasar muchos años para que
las cosas empezaran a cambiar para las clases populares irlandesas y aún y así han
sido victimas también de una grave crisis económica y de un rescate.
Mas allá de esa profunda carga ideológica,
la película es muy entretenida y vitalista y atrapa con las vicisitudes de un
grupo de jóvenes y de sus familias que no se resignan a vivir en la incultura,
en la marginación o en el aburrimiento; que quieren abrir sus mentes y a la vez
divertirse, siempre amenazados por las diversas fuerzas conservadoras. Hay
escenas de una gran emotividad y todo ello salpicado de una fantástica banda
sonora combinación de jazz de los años 20 y 30 y el maravilloso folk irlandés,
que invitan a los espectadores a ponerse a bailar como los actores de la película.
Loach que es británico, sin embargo en varias de sus películas se ha situado en Irlanda, demostrando una especial sensibilidad por la historia y los problemas de este país.
Así que mi recomendación ferviente.
Disfrutareis y de paso aprenderéis interesantes momentos de la dramática
historia de Irlanda, no tan lejana ni diferente a la nuestra.
jueves, 27 de noviembre de 2014
RENOVACION GENERACIONAL, CON IDEAS
Creo que hay una amplia coincidencia en
considerar que nos encontramos en un momento decisivo en la historia de nuestro
país, en que tenemos que afrontar de manera ineludible grandes retos políticos,
económicos y sociales, que van a
condicionar para bien o para mal el desarrollo de nuestra sociedad en las próximas
décadas.
La globalización, la salida de la crisis
económica, la lucha contra el paro, la reducción de la desigualdad, el modelo
de Estado (monarquía constitucional o república), las nuevas reglas de
convivencia entre los pueblos de España, la consolidación de las políticas de
bienestar social, la regeneración política…No son tareas fáciles y requieren
ideas, voluntad, entusiasmo, capacidad de dialogo y pacto.
Todo hace pensar que la generación que
protagonizó la modélica transición política de nuestro país y la inmediata
posterior que consolidó el estado democrático, impulsó la políticas sociales y
la plena integración en Europa, esta totalmente agotada y es incapaz de asumir
esas tareas.
Hay por tanto que afrontar la renovación
generacional, que en mi opinión debe ser profunda y generalizada, un cambio que
es algo muy distinto a una mera liquidación por derribo o a una simple
sustitución de caras y edades, que sería
un “quítate tu, que me pongo yo”.
Esta renovación generacional ha empezado
ya de manera evidente. Ha cambiado el monarca, el Secretario General y la mayoría
del equipo de dirección del PSOE, los máximos responsables de algunas de las
mas grandes empresas del país, lo hubo en el PNV y han anunciado su marcha el
coordinador de IU, el Secretario General de UGT y el líder de Anova, Xosé
Manuel Beiras. Por no hablar del equipo de dirección de PODEMOS, aunque estos últimos
para elaborar su programa económico ha echado mano de dos economistas no
precisamente jovencitos. Y sin duda habrá más cambios, incluso en el propio PP.
Renovación generacional que debería
situarse más bien por debajo de los 40 años, que por debajo de los 50 y que sin duda tenía que haberse empezado a preparar bastante antes y no esperar a que empiecen a crujir todas las costuras del sistema democrático.
Hay quien puede pensar que es un riesgo
muy peligroso que problemas tan difíciles y complejos tengan que ser afrontados
por gente joven con limitada experiencia y desconocida o insuficiente
preparación. Pero no esta mal recordar que en 1977, con retos igualmente
formidables, buena parte de la clase política, económica y sindical era joven o
incluso muy joven, si bien hay que admitir que en 1977 hubo una excepcional
combinación de jóvenes y maduros: Felipe, Suárez, Fraga, Carrillo y tantos
otros y entre todos tejieron un consenso que permitió sacar nuestro país hacia
delante.
Pero en mi opinión sería un grave error
concluir que con bajar 20, 25 o 30 años la edad media de nuestros dirigentes políticos,
económicos o sindicales ya tendríamos la solución. No es una cuestión de
lifting o de imagen. Es imprescindible que lleve aparejada la renovación de ideas, de propuestas, de
programas.
Es cierto que hoy hay nuevas maneras de
relacionarse y comunicarse, pero el debate de ideas no es asimilable a quien
manda más o mejores tweets o wasaps. Y las ideas nos surgen de la nada ni de un
momento ocurrente que tenga alguien.
No necesitamos eruditos, ni
coleccionistas de masters, sino personas preparadas, con formación sólida, con
información rigurosa, con conocimiento de la historia de nuestro país y del
mundo, con referencias ideológicas (algo muy distinto a ser meros recitadores
de catecismos de izquierda o de derecha) y en la medida de lo posible con
experiencia laboral y de gestión.
Gente que sepa que va a tener que
gobernar uno de los estados más desarrollados y más complejos políticamente del
mundo y que ello no se puede hacer con frases hechas, slogans o lugares
comunes. No les va a ser nada fácil lidiar con los exportadores chinos, con la
troika, con los poderes institucionales de
la Unión Europea, con las multinacionales, con los grandes fondos inversores
internacionales, por no hablar de los altos cuerpos de la Administración del Estado,
el poder judicial, los grandes medios de comunicación. Y no vale decir que
movilizaran a la ciudadanía las veces que haga falta para vencer las
resistencias y pensar que será así de sencillo.
No, no nos podemos permitir que un
gobierno que encarne la renovación generacional sea apabullado, ninguneado o
puenteado por poderes e intereses no democráticos. No podemos encaminarnos a
pocos años vista a una frustración generalizada de expectativas de cambio, que
seguramente capitalizarían los poderes más conservadores e insolidarios.
Por ello les tenemos que dar a los
nuevos dirigentes jóvenes nuestro voto de confianza sin reticencia alguna y a la vez exigirles
que se preparen ellos y sus equipos desde ya para afrontar esas
responsabilidades políticas, económicas, sindicales, sociales, etc. en las
mejores condiciones posibles. Y ello exige, igualmente, que desde ya se les empiece a dar espacios de poder cada vez mas amplios y efectivos
La renovación es buena, natural e inevitable, pero mucho mejor que sea con
ideas renovadas, sólidas, rigurosas, fundamentadas. Y en ese camino los viejos
podremos y debemos echar una mano, siempre que sea necesario.
viernes, 21 de noviembre de 2014
¿CONSTRUIR UN NUEVO SINDICATO?
Ha habido en nuestro país diversos
intentos de crear sindicatos. Desde los que protagonizaron sectores afines a la
derecha nacionalista catalana, hasta los que en diversos momentos propició la
derecha gobernante, primero la UCD y después el PP, incluso en fechas muy
recientes. Los resultados están a la vista.
Ahora se habla de la construcción de un
Sindicato, más o menos ligado a PODEMOS, como respuesta a lo que consideran
deterioro del sindicalismo de CCOO y UGT. Ellos sabrán. Pero les convendría
echar un vistazo a la historia del movimiento obrero.
Como es sabido, en España y en los países
de nuestro entorno, construir un sindicato nunca ha sido tarea fácil ni mucho
menos rápida. En la mayoría de los casos el soporte de opciones políticas ha
sido decisivo, tanto en los sindicatos de origen comunista, socialista o
democratacristiano; incluso en el caso de los sindicatos de orientación
anarquista, contaron con el impulso de organizaciones libertarias. Desarrollar
un sindicato ha requerido históricamente un tremendo esfuerzo militante, un lento
y sistemático trabajo organizativo y unas referencias ideológicas básicas, que
solo pudieron ser impulsadas desde una sólida
organización política. Por supuesto hay alguna peculiaridad, como es el caso de
las Trade Unions británicas que fueron las que crearon el Partido Laborista.
A diferencia de la decisión de crear un
partido político, que es una opción abierta dirigida al conjunto de la población,
la creación de un Sindicato pasa inevitablemente por la implantación y el
trabajo en las empresas durante largo tiempo.
Es verdad que la historia no tiene
por qué repetirse miméticamente y que las circunstancias cambian, pero aun y así
conviene recordar lo sucedido en nuestro propio país. Además de los dos grandes
sindicatos históricos, UGT y la CNT, la única experiencia más reciente de construcción
de un sindicato de masas, ha sido CCOO. Por supuesto existen tres sindicatos de
carácter nacionalista, ELA-STV, LAB y CIG,
muy vinculados a opciones políticas nacionalistas y con exclusiva
implantación territorial en el país Vasco y en Galicia respectivamente. Hay
otra opción sindical, USO, de implantación muy reducida y pequeños sindicatos
corporativos especialmente en las administraciones públicas.
Por mi edad y mi trabajo tuve ocasión de
asistir al difícil proceso de construcción de las CCOO. Eran tiempos de ilegalidad,
pero en sus orígenes la mayoría de los sindicatos se forjaron en la
clandestinidad o en una tolerancia restringida. Es conocido que Comisiones
Obreras fueron fruto del rechazo cada vez mayor a finales de los años 50 del
siglo XX de la administración sindical falangista por parte de muchos
trabajadores y de la lenta aparición o reaparición
de militantes comunistas en los grandes centros de trabajo. Las iniciales
Comisiones Obreras no fueron obra exclusiva de los comunistas, participaron también
cristianos con vocación social, falangistas desengañados o trabajadores sin adscripción
ideológica, pero dispuestos a defender sus derechos. Sin embargo lo que dio continuidad,
organización y coherencia a ese incipiente movimiento sindical fue el trabajo
de los comunistas.
Fueron casi 20 años de trabajo y lucha
en las empresas lo que permitió que en 1977 se pudiera dar el paso a la
creación formal del sindicato. En ese tiempo unos muy pocos miles de activistas
se dedicaron a defender sin tregua a l@s trabajadores. Recuerdo perfectamente
cómo venían a los despachos laboralistas trayendo a compañer@s, a menudo con
miedo y desconfianza, para reclamar unas horas extras, una sanción, un despido,
unos pluses no pagados o una invalidez no reconocida. Cómo esos militantes
obreros se empapaban y eran auténticos expertos en la legislación laboral para
sacar el máximo provecho en la defensa de los intereses de sus compañero@s. Cómo
estaban pendientes de cualquier problema para apoyarles, para plantearlos ante
el empresario. Cómo sufrían las represalias laborales y desde luego policiales,
por esa labor.
Y comprobamos que poco a poco los
empresarios más espabilados empezaron a
aceptar que tenían que entenderse y negociar con aquellos militantes de CCOO,
si querían que funcionara su empresa.
Sí, construir CCOO fue un camino muy
laborioso, con mucho sacrificio, mucha constancia, al principio con frecuentes
derrotas, pero que fue decisivo para lograr la democracia y el avance de los
derechos laborales y sociales en España. Y después, ya en democracia, el
trabajo sindical siguió siendo duro y complicado. El convenio colectivo se
convirtió, como no podía ser de otra forma, en la espina dorsal de la acción
sindical. Los Convenios son en definitiva la razón de ser del sindicalismo clase y la vara de medir la utilidad y el
papel del mismo.
Negociar un convenio colectivo y sobre
todo lograr un buen convenio, no es
llenarse la boca o los panfletos de magníficas reivindicaciones. Requiere
formación, información, experiencia, capacidad de saber hasta dónde se puede
llegar y dónde no se puede ceder y eso no se aprende en los libros ni en las
tesis doctorales. Conseguir un buen convenio requiere una arraigada presencia en
los centros de trabajo, para ir creando las condiciones que permitan que lo que
se reivindique esté asumido por el conjunto de la plantilla y que los
negociadores cuenten con el respaldo de
sus compañer@s.
Y también tiene todas las características
de un Convenio Colectivo la negociación con las Administraciones Públicas, con
los gobiernos, en materia de políticas sociales, económicas, laborales,
fiscales, etc.
Esa es la experiencia real del
sindicalismo hasta hoy.
Es cierto que hay un fuerte deterioro de
la imagen de los dos grandes sindicatos y que hemos cometido errores de bulto.
Es verdad que la acción sindical, tras siete años de crisis y seis millones de
parados, es dificilísima y con resultados a menudo muy insuficientes. Como también
es evidente que hay una fuerte, sostenida y relativamente exitosa campaña desde
múltiples frentes contra el sindicalismo de clase, para asegurar que la salida
neoliberal de la crisis se imponga sin cortapisas.
Es verdad. Los sindicatos de clase
tenemos que hacer un profundo cambio para superar nuestras limitaciones y
errores. Tenemos que adecuar nuestra acción sindical a las nuevas realidades de
la globalización, de los cambios tecnológicos, de las transformaciones en las
formas de producción y en las nuevas vías de comunicación y relación en la
sociedad. Efectivamente tenemos mucho que hacer, pero sin olvidar que el
sentido de nuestra función sigue estando de manera fundamental en nuestra labor
cotidiana en los centros de trabajo.
En ese proceso de cambio que ya estamos
empezando, sería muy bueno contar con el estímulo, las ideas y el trabajo de
compañer@s vinculados o simpatizantes de PODEMOS. Sería mucho más eficaz y efectivo que
intentar montar un sindicato por su cuenta.
viernes, 14 de noviembre de 2014
LOS ARBOLES DEL 9-N Y EL BOSQUE DE LA CRISIS
Las derechas gobernantes en Madrid y en
Barcelona están decididas a llevarnos a un callejón sin salida. Y mientras el
mundo se mueve y se transforma por días, por horas, nosotros estamos absortos
en una polémica propia del siglo XIX y nos mantenemos al margen de los grandes
debates que se están dando sobre el panorama postcrisis o p.e. sobre el
trascendental y muy complejo acuerdo que se está negociando entre la Unión
Europea y los Estados Unidos, de enorme trascendencia para nuestra economía.
La movilización del 9-N fue muy
importante por dos razones. En primer lugar porque sacar en torno a 2 millones
de personas a la calle no es cualquier cosa, aunque se cuente con un
impresionante y sostenido despliegue de apoyo gubernamental de la Generalitat y
con la ayuda inestimable de la sucesión de torpezas del gobierno de Rajoy; pero
siendo una grandisima movilización que sería un grave error minusvalorar, ha quedado
lejos de ser mayoritaria. En segundo lugar porque pasarnos semanas y semanas
debatiendo sobre qué hacer el 9-N, ha conseguido que ni en España ni en
Cataluña la ciudadanía se entere de los presupuestos para el año 2015 y que el
debate parlamentario sobre los mismos, el tema mas importante de cada año
parlamentario, pase sin pena ni gloria o todo lo mas con las cuchufletas del
Ministro Montoro. Presupuestos que en Cataluña van a tener una reducción de
nada menos que 4.000 millones de euros.
Así que todos los que parten el bacalao
en Madrid y Barcelona están contentos. Los que no deben estar tan contentos son
los millones de parados de nuestro país, cuya situación esta en lista de espera
dentro de las prioridades de los dos gobiernos neoliberales.
Y después del 9-N, Rajoy más de lo mismo
y Artur Mas, ídem; viendo como pueden sacar tajada electoral del desastre que
han provocado.
Tenía la ingenua confianza que el PP iba
a moverse algo. Me había animado el razonable articulo conjunto de los
exministros Josep Piqué (PP) y Jordi Sevilla (PSOE) publicado en El País y también
me había sorprendido gratamente la moderación del portavoz de Societat Civil
Catalana, José Ramón Bosch, al que tuve ocasión de escuchar hace unos días, oponiéndose
a cualquier medida de judicialización de la consulta y llamando a la
negociación política. Vanas ilusiones. Las cada día mayores incertidumbres de
la recuperación económica, mas la ristra de escándalos de corrupción, obligan a Rajoy a seguir poniendo el foco en
el reto independentista.
¿Y la izquierda qué hacemos? Seguimos
sin encontrar nuestro espacio diferenciado de unos y otros. El PSOE esta condicionado
por su ambivalencia: por una parte el respaldo, en exceso legalista, a las
posiciones del gobierno estatal y por otro el apoyo matizado a los socialistas
catalanes. Pedro Sánchez intenta diseñar una posición mas autónoma de la que
tenía Pérez Rubalcaba o a la que sigue teniendo Susana Díaz, pero no termina de
tirar hacia delante. Es cierto que no son nada fáciles los equilibrios de diversa índole
que deben mantener los socialistas, pero tendrían que realizar una campaña mucho
mas capilar y extensa en el conjunto del país, sobre como ven ellos la reforma
constitucional, el modelo federal y el proceso de pronunciamiento de la
sociedad catalana. Y los socialistas deben ser muy firmes en la oposición
tajante a las querellas u otras medidas judiciales contra el gobierno catalán,
eso sí sin caer en algunos excesos como los del expresidente Montilla y su declaración
de amor a Artur Mas.
En cuanto a Izquierda Plural, lo primero
que debería tener en cuenta son los resultados de la famosa consulta en el
cinturón industrial de Barcelona, donde los nacionalistas han patinado cosa
mala. Por mucho que se empeñen una parte de las cúpulas de ICV y de la CONC
(UGT en Cataluña es un caso perdido para la sensatez) la clase obrera catalana
no está por el independentismo y sobre todo no está por hacerle el caldo gordo
al gobierno ultraliberal de Artur Mas. Es verdad que las tensiones internas en
ICV y en la CONC bordean la ruptura interna, pero su ambigua postura no
contribuye a dar la batalla ideológica al nacionalismo neoliberal y tampoco
genera suficientes apoyos entre las clases trabajadoras catalanas,
¿Y que decir de PODEMOS? Seguimos sin
saber cual es su propuesta al respecto, además de nadar y guardar la ropa.
Mientras, crece la desigualdad social en
toda España, incluida Cataluña. Sigue cayendo la protección económica a los
desempleados. La atención a la dependencia sigue atascada. El crédito no llega
a las PYMES, los autónomos y las familias. No hay respuesta a las
recomendaciones de organismos internacionales que nos dicen que hay que reducir
la desigualdad salarial, pero a la baja. Los servicios sociales están desmantelándose.
Los jóvenes de clase media siguen haciendo las maletas camino de la emigración.
Así que sigamos en el laberinto de Rajoy
y Artur Mas, que ya otros decidirán por nosotros (y ahí si que no valen
referéndums de ningún tipo) cual es el futuro que nos espera tras la salida de
la crisis.
domingo, 9 de noviembre de 2014
IZQUIERDA UNIDA TIENE FUTURO....SI SE LO TRABAJA
Resulta una nefasta paradoja que una de
las consecuencias de la irrupción de PODEMOS en la escena política de nuestro país
esté siendo el profundo debilitamiento de IU, precisamente una fuerza política
que a lo largo de muchos años ha luchado por el fortalecimiento de la
democracia y por el desarrollo de las políticas sociales.
De esta realidad no hay que echarle la
culpa a PODEMOS; ellos van a lo suyo y por cierto haciéndolo muy bien en función
de sus objetivos. En la crisis que esta viviendo IU la mayor responsabilidad
está en una parte de sus dirigentes y militantes que han entrado en un proceso
de perdida de confianza en la viabilidad del partido y en la dificultad
del sector que apuesta por la continuidad inequívoca de IU para difundir
una propuesta convincente que justifique esa continuidad.
La banalización de los debates políticos en la que estamos inmersos, unida a
la urgencia por desplazar en las urnas a la derecha gobernante y el tremendo
espejismo en los meses anteriores a las elecciones europeas, cuando muchos
dirigentes y militantes de IU llegaron a pensar que íbamos a desplazar al PSOE
y a convertirnos en el referente mayoritario de la izquierda española, nos ha
conducido a un estado de nervios y a unas prisas irrefrenables.
Hay quienes ven como única solución
imitar a PODEMOS. Los hay que corren detrás de cualquier movilización, se suman
a todas las pancartas y se apuntan sin discriminar a todas las campañas. Todo ello
nos esta impidiendo abrir una reflexión serena y rigurosa sobre el futuro de
IU.
Vaya por delante que después de 47 años
de militancia política, no sacralizo ni siglas ni partido. Pero desde luego
tengo clarísimo que o la izquierda tiene sólidos y arraigados partidos, o no
tiene nada que hacer frente a la derecha y sus diversas formas de ejercer el
poder. Por supuesto que es muy importante ganar las próximas elecciones, pero
hay que pensar en el día después y si IU se diluye u obtiene ínfimos
resultados, para la izquierda será mucho más difícil trazar alianzas de
gobierno y gobernar.
¿La izquierda en España necesita un
partido como IU, con un programa transformador, con experiencia, con arraigo
social? ¿o esa opción existe ya o se esta construyendo fuera del ámbito de IU?
En mi opinión no existe. El PSOE es una opción de izquierda moderada,
imprescindible y decisiva para el cambio político en nuestro país y con quien
hay que entenderse si queremos realmente desplazar a la derecha. Pero es una opción
distinta a lo que ha representado, representa y tiene que seguir representando
IU. Y ¿PODEMOS? Todavía no sabemos, e imagino que ellos muy bien tampoco, cual
va a ser el espacio político de esta nueva fuerza, que se presenta como ni de
izquierdas ni de derechas, que quiere ocupar la centralidad del mapa político y
que según reconocen aun les queda muchísimo camino por recorrer para
consolidarse como un partido ¿socialdemócrata? ¿republicano radical? ¿azañista?
Que IU
en teoría sea necesaria y tenga espacio propio, no quiere decir que lo
consiga y que sea capaz de evitar su descomposición.
La segunda pregunta que deberíamos
hacernos es quienes y para qué necesitan especialmente la presencia y la acción
de IU. Considero que son tres los ámbitos sociales a quienes deberíamos
dirigirnos prioritariamente.
En primer lugar l@s trabajador@s y muy
en especial l@s afiliad@s a CCOO y UGT. L@s mism@s que en buena medida no se
sienten identificados con muchas experiencias negativas de los gobiernos
socialistas, pero a quienes tampoco les convence el radicalismo de propuestas y
gestos de algunos dirigentes y organizaciones de IU. Las reivindicaciones
sociolaborales, de las condiciones de trabajo, del empleo, deben ser una de las
grandes prioridades de IU y no es que en el papel no lo sean, pero en la práctica
cotidiana con frecuencia se ven desplazadas por otras muchas pequeñas y
coyunturales batallitas. El camino no es solo decir que se está de acuerdo con
CCOO y UGT y que se asumen sus reivindicaciones o estar presentes en las
manifestaciones.
La organización de IU, sus militantes y
dirigentes deben visualizarse, y no solo en campaña electoral, en los centros
de trabajo. IU ha desaparecido hace muchos años de los centros de trabajo, lo
que no hizo el PCE cuando era clandestino. Hay que dirigirse a los cuadros de
CCOO y UGT para intentar afiliarl@s. Resulta increíble que en la mayoría de las direcciones de CCOO, a todos los
niveles, apenas hay afiliad@s a IU y no
digamos en UGT. Las direcciones de IU deben marcarse como una prioridad
organizativa su implantación en los sindicatos, donde además hoy por hoy no hay
competencia.
En segundo lugar, IU debe dirigirse y
trabajar con las ONGs del ámbito social y solidario. No los chiringuitos
radicales, sino las grandes organizaciones implantadas en el ámbito de la
cooperación al desarrollo, a la discapacidad, a la lucha contra la pobreza y la
exclusión, al apoyo a las personas mayores, las organizaciones de profesionales
de las políticas sociales (trabajador@s sociales, psicolog@s, terapeutas,
gerontolog@s….). Con la inmensa mayoría de todos ellos IU puede compartir
programas, valores, iniciativas. Sin embargo les tenemos olvidados, cuando no
mostramos recelos. Sé muy bien que acercarnos a ellos, tras años de
indiferencia no es nada fácil ni rápido, pero es imprescindible, eso sí
descartando cualquier pretensión de manipulación o protagonismo. Y ojo o lo
hacemos nosotros y ya, o lo hará PODEMOS, ahora que están en las cresta de la
ola.
Y el tercer colectivo, son l@s catolic@s
con vocación social y solidaria, que son much@s y muy activ@s y en algunos casos
coinciden con los anteriores. La Iglesia Católica puede estar comenzando un
proceso de renovación, del que la izquierda debe estar muy interesada que se
desarrolle y consolide, mas aun en un país como el nuestro.
He tenido la ocasión muy recientemente
de participar en un Congreso organizado por Caritas-Foessa. Todo lo que allí se
ha dicho, podría caber en el programa social, económico y fiscal de IU. He
visto decenas de jóvenes voluntari@s, de profesionales, incluso de religios@s,
defendiendo una sociedad justa e igualitaria. ¿Por qué vamos a renunciar a
encontrarnos y trabajar con ellos?
Yo que Cayo Lara o que Gaspar Llamazares
hubiera mandado una representación de IU al referido Congreso y hubiera pedido
inmediatamente después una entrevista con la dirección de Caritas para que nos
explicaran el VII Informe sobre la Situación social de España, un documento
formidable, ponernos a su disposición y colaborar con ellos para intentar sacar adelante sus propuestas. Y lo mismo con
Intermon-Oxfam.
Es evidente que para IU sería un cambio
de chip notable dirigirse a este ámbito, pero con el tiempo, con inteligencia y
sin afán manipulador, podríamos tener ahí un sector de confluencia más potente
y real que algunas iniciativas convergentes que se airean por ahí y que no
tienen nada por debajo. No olvidemos que el PCI de Enrico Berlinguer llegó
donde llegó en los años 70 en buena medida por su apertura a los católicos
italianos.
Si lográramos a medio plazo abrir un
camino de relación y mutua influencia con esos tres amplísimos sectores
sociales, el futuro de IU y sobre todo su utilidad política estaría asegurada.
Como no lo estará es convirtiéndonos en la marca blanca de PODEMOS.
martes, 4 de noviembre de 2014
LOS GRANDES EMPRESARIOS EN HALLOWEEN: ¿"TRUCO O TRATO?"
El llamado Consejo Empresarial para la Competitividad,
que agrupa algunas de las más grandes empresas de nuestro país, ha presentado
un plan de reactivación económica, creación de empleo y reformas estructurales
y presupuestarias. Da la impresión de que estos grandes empresarios se han
dejado influir por el espíritu de “Halloween” y nos preguntan a la ciudadanía
si “¿truco o trato?”. Y tras haberlas leído
mi impresión es que hay sobre todo “truco”. Veamos.
Lo primero que llama la atención es
quienes protagonizan la propuesta. Entre otros los dos grandes Bancos, BBVA y
Santander, que siguen cerrando el crédito a las familias, a los autónomos y a
las pequeñas y medianas empresas. Y por supuesto Telefónica, que lleva años
reduciendo sus plantillas y mandando a casa a personal muy cualificado en
cuanto llegan a los cincuenta años.
Podríamos pensar que más vale tarde que
nunca. Que ahora que tantos están pidiendo perdón por los desmanes que se han
cometido a su alrededor, también las grandes empresas españolas se suman a este
acto de contrición. Falsa percepción. Ni piden perdón, ni tienen penitencia, ni
hacen propósito de la enmienda.
Resumiendo la propuesta, se puede decir
que hay obligaciones y/o sacrificios para todos, menos para ellos. Ni una sola
iniciativa de apertura del crédito bancario, de inversión en I+D+I, de asumir
una presión fiscal equiparable a la que tienen las grandes empresas en los
estados mas avanzados de la Unión Europea, de combatir las diversas formas de
evasión de capitales o de camuflaje de beneficios.
Escriben una magnifica carta a los Reyes
Magos que se concreta en la creación de nada menos que 2’3 millones de empleos de aquí al año 2018. Señalan
en que sectores se podrían crear: aflorando 800.000 empleos sumergidos;
mejorando el nivel educativo (200.00 empleos); desarrollando la economía
digital y adlateres (130.000); apostando por la internacionalización de las
empresas (700.000¿?); una política energética sostenible (100.000); aumentando
el tamaño de las empresas y su productividad (400.000); y para “redondear”, crecimiento económico en
general (600.000). Ni el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba hizo unas
cuentas de este estilo. En todo caso esto sería la parte positiva, “el trato” que proponen.
¿Y cómo
se pueden cumplir estos objetivos? Es entonces donde descubrimos el
“truco”. P.e. en el sector energético, reduciendo la factura de las empresas y
fomentando el “fracking”. Otro ejemplo, en la educación con un mayor control de
las becas e introduciendo la competencia entre los centros educativos. También
nos dan algunas pistas de cómo van a aumentar el tamaño de las empresas, p.e.
con mayor flexibilidad laboral para el traslado geográfico o rebajas fiscales.
Pero lo sustancial del “truco” es la
propuesta de reducir en 30.000 millones el gasto público, nada menos que el 3%
del PIB. Y también dan claras pistas: implantación mas acelerada de la reforma
de las pensiones, plan de privatizaciones para recaudar nada menos que 35.000
millones de euros y como ya queda muy poco sector público que privatizar, a lo
mejor estar pensando en vender el Museo del Prado.
Igualmente hay propuestas de cambio en
los ingresos fiscales, reduciendo los impuestos directos, que en principio son
los más progresivos, y aumentando el IVA que pagamos todos por igual. Proponen
la reducción de 17.500 millones de euros de gasto corriente del sector público,
mediante la restructuración de las Administraciones Públicas, lo que en
cristiano quiere decir echar a decenas de miles funcionarios y personal laboral
a la calle.
Y no podía faltar, claro esta, la
referencia a los falsos parados que defraudan, al simultanear el cobro de las
prestaciones de desempleo y el trabajo en la economía sumergida.
Por supuesto hay llamamientos al control
del fraude fiscal, a la lucha contra la economía sumergida y a que se cambien
las actitudes frente al fraude. Pero en estas materias se quedan en la filosofía
y no descienden a la letra pequeña.
A estas alturas de la vida no me gusta
nada hacer demagogia y menos aun ser radical, pero con propuestas como estas, puras
recetas neoliberales, no cabe más que la
indignación.
Luego dirán que los de PODEMOS no
concretan su programa económico o que lo que dicen es inviable. Esto es verdad,
como bien puso de manifiesto la entrevista de Jordi Evole con Pablo Iglesias
hace unos días. Pero supongo que buena parte de la población española preferirá
de lejos las propuestas de PODEMOS, antes que la nueva cura de caballo neoliberal
que nos proponen algunos de los mayores responsables y beneficiarios de la
crisis que estamos soportando.
En definitiva estos grandes empresarios,
en lugar de apostar por el “trato”, por una negociación seria con los
sindicatos y con los gobiernos, prefieren, una vez más, el “truco”. Este es el
capitalismo que tenemos. Que nadie se asombre del cataclismo electoral que
puede producirse.
martes, 28 de octubre de 2014
CORRUPCION: RAICES PROFUNDAS
Cualquiera puede llegar a la conclusión
de que se mire hacia donde se mire el sistema político y económico de nuestro país
esta podrido. Hoy las noticias de las diversas formas de corrupción son más
tremendas que las de ayer, pero posiblemente menos que las de mañana. Y a la
vez tenemos más de cinco millones de parados, un crecimiento de la desigualdad,
cientos de miles de jóvenes en un exilio económico, casi un cuarto de la
población en riesgo de pobreza….Y algo que no podemos olvidar: más del 20% de
la economía de España, es decir más de 200.000 millones de euros, es economía
irregular, lo que afecta a una parte no pequeña de la población.
Con este panorama, uno comprendería
reacciones como la del personaje (“Bombita”) que interpreta magistralmente
Ricardo Darin en la fantástica y altamente recomendable película argentina
“Relatos salvajes”. Lo sorprendente es que la ciudadanía española va asumiendo la ración
diaria de corrupción casi como algo que forma parte del paisaje del país. Aunque es verdad que hay una caída importante
de la intención de voto al PP, al PSOE y a CIU, que existe un cabreo amplio con
empresarios y sindicatos y un ascenso en flecha de PODEMOS y desde luego se vislumbra una amenaza de fuerte abstención.
Y no valen las justificaciones de que ya
se ha superado la corrupción y que ahora lo que esta saliendo es el pasado y además
muy ligado al boom de la construcción.
Esta es una parte de la historia, pero ni mucho menos la única o la
fundamental. Tampoco vale, aun siendo cierto, que la corrupción cuantitativamente es muy pequeña en el conjunto de la actividad económica del país; porque cualitativamente es una agresión a la inmensa ciudadanía honesta y un pésimo mensaje fuera de nuestras fronteras.
Pero más allá de esas lógicas reacciones cabría hacer una reflexión de fondo ¿Qué ha pasado y qué esta pasando para que un país con tan solo 35 años de democracia se haya sumergido en esta espiral de corrupción?
Pero más allá de esas lógicas reacciones cabría hacer una reflexión de fondo ¿Qué ha pasado y qué esta pasando para que un país con tan solo 35 años de democracia se haya sumergido en esta espiral de corrupción?
Intentare esbozar algunas ideas sobre lo que en mi opinión son las raíces de la corrupción.
En primer termino hay que relacionarlo con la todavía muy superficial capa democrática de nuestra sociedad y por supuesto de nuestras clases dirigentes.
En primer termino hay que relacionarlo con la todavía muy superficial capa democrática de nuestra sociedad y por supuesto de nuestras clases dirigentes.
España, es obvio recordarlo, pero hay
que hacerlo, es la sociedad occidental que ha tenido una experiencia mas traumática en su pasado
reciente. Una guerra civil de casi tres años con cientos de miles de muertos en
los dos bandos, con una larga posguerra de terrible represión, que sin duda
deshizo o impidió la creación de vínculos de solidaridad, honradez,
responsabilidad, de pertenencia colectiva a un objetivo de nación común…Se generalizaron sentimientos de “sálvese
quien pueda”, de “buscarse la vida cada uno por su cuenta”.
Cuarenta años en los que solo una
pequeña, muy pequeña, minoría luchó contra esa situación y que por razones
diversas, que no es el momento de desarrollar, fue apartada de un protagonismo
de gobierno al conseguir la democracia. Y llegaron al Consejo de Ministros, a
los gobiernos Autonómicos o a las Corporaciones Locales, quienes poco o nada habían
luchado por la democracia, por supuesto con puñados de notables excepciones. Y
se encontraron con mucho, mucho poder, que aunque se lo dieron los ciudadanos,
a ellos les cayó del cielo. En otras palabras la clase política de la nueva democracia, junto a indudables,
numerosos y valiosos logros, junto a muchos políticos honestos, eficaces y
laboriosos, ha tenido en su seno muchos que pensaron que la política era una forma de
hacer negocio propio.
Pero sería muy injusto decir que la
corrupción es resultado exclusivo de la actuación de una parte de la clase política.
En mi opinión, y seria la segunda raíz de la corrupción, el notable y rápido enriquecimiento de la sociedad española tiene
mucho que ver con la práctica o la tolerancia de la corrupción.
España ha pasado en pocos decenios de
ser un país al borde del subdesarrollo a uno de los estados mas desarrollados
del mundo; procesos que en otros países se han extendido a lo largo de muchas décadas
en el nuestro se ha comprimido muchísimo. Todavía recuerdo cuando era
adolescente cómo se celebró que nuestra renta per capita había llegado a los
1.000 dólares por habitante y en pocos decenios lo hemos multiplicado por mas de
30; es cierto que los dólares de los años 60 no son los dólares de hoy, pero
refleja muy bien el cambio experimentado. Y esta impresionante transformación, de la que debemos estar orgullosos el conjunto de la sociedad española, sin embargo ha tenido otras vertientes muy negativas.
Así, cuando antes de la crisis cruzábamos la
frontera descubríamos con asombro que el parque automovilístico español era de
mucho mayor nivel que el francés, que el italiano e incluso que el alemán. Por
no hablar de la multiplicación de las segundas y terceras residencias o algo
tan pedestre pero tan ilustrativo como ser uno de los países del mundo con mas
operaciones de cirugía estética o cómo eclosionó el turismo masivo de los españoles,
que empezaron a ir al Sudeste Asiático, a cruceros por los fiordos o de luna de
miel a las Islas Maldivas.
Nos hemos convertido en muy
poco tiempo en un país con hábitos y actitudes de nuevos ricos. No todos por supuesto, ni mucho menos,
porque seguíamos con un paro y una pobreza estructural que no desaparecieron ni
en los mejores años del boom económico. Nuevos ricos que en muchos casos
participaron o toleraron o disculparon las diversas formas de corrupción y corruptelas.
Hay una tercera cuestión que ha
favorecido la corrupción: la inoperancia de la Administración de la Justicia
hasta fechas muy recientes, creando una amplia sensación de impunidad. A la cárcel
iban los chorizos, los camellos y los inmigrantes; los delincuentes de corbata eludían la sanción
penal y por supuesto la cárcel.
Un cuarto factor a tener en cuenta es la constatación de que lo sustancial de la corrupción ha estado vinculado a las Administraciones precisamente mas cercanas a la ciudadanía y que se consideran un instrumento de mayor democratización del Estado: las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. Y sin embargo han fallado los instrumentos públicos y sociales de control y sus políticos y gestores han sido mucho mas permeables a la corrupción que los de la Administración General del Estado. Y sin caer en la recentralización como ha hecho el gobierno de Rajoy con la reforma de las Administraciones Locales, habrá que afrontar profundas medidas de control y transparencia en el funcionamiento de los poderes autónomicos y locales.
Un cuarto factor a tener en cuenta es la constatación de que lo sustancial de la corrupción ha estado vinculado a las Administraciones precisamente mas cercanas a la ciudadanía y que se consideran un instrumento de mayor democratización del Estado: las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. Y sin embargo han fallado los instrumentos públicos y sociales de control y sus políticos y gestores han sido mucho mas permeables a la corrupción que los de la Administración General del Estado. Y sin caer en la recentralización como ha hecho el gobierno de Rajoy con la reforma de las Administraciones Locales, habrá que afrontar profundas medidas de control y transparencia en el funcionamiento de los poderes autónomicos y locales.
Un quinto aspecto a considerar es la no
beligerancia de la jerarquía de la Iglesia Católica española con la cultura de
los nuevos ricos y con la corrupción. Obsesionados con los gays, los
divorciados o con la legislación del aborto, han hecho la vista gorda con el
pecado de la avaricia. Solo Caritas y otras Instituciones religiosas de
semejante perfil, han predicado año tras año en el desierto sobre la
desigualdad y la injusticia de nuestra sociedad. Y si la Iglesia no excomulgaba
a los ladrones de guante blanco, pues no sería algo tan malo.
Por ultimo hay que admitir que aunque la derecha gobernante, en sus diversas acepciones, ha sido principal responsable y beneficiaria de la corrupción, también hay mucho que criticar a los
gobiernos socialistas que durante sus largos años de gran poder no se
preocuparon en fortalecer los valores democráticos ni en la escuela ni en los
medios de comunicación, ni en la creación cultural y permanecieron pasivos ante
el crecimiento de la ideología del individualismo, más aun, dijeron cosas como
que “España es el país donde uno se puede hacer rico más rápidamente” (Carlos
Solchaga), o aquello de “blanco o negro lo importante es que el gato cace
ratones” (Felipe González).
En todos esos caldos de cultivo es donde
ha crecido la corrupción.
Así las cosas, muchos pueden pensar, y es muy comprensible, que esto solo lo arregla el tsunami PODEMOS. Ojala fuera así de sencillo. La corrupción esta arraigada y diversificada. No será fácil acabar con ella. Las
fuerzas políticas y sociales, tendremos que reformar a fondo nuestro sistema político,
el funcionamiento de nuestra economía y de las administraciones públicas y por
supuesto nuestro modelo educativo y audiovisual.
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